-Y a todo esto se planta el domingo en Villabona para cumplir la condena.

-Desde que me jubilé no leo la prensa. Me he dedicado a estudiar inglés y alemán. Todo el mundo me ve por Salinas paseando con la revista de Vaughan. Me llamó mi abogado diciendo que la prensa publicaba que estaba huido de la justicia. Y le dije: "¡Coño, pues vamos pa´llá!". Me quedé en la parte de abajo con mi coche (se refiere a la cárcel de Villabona) y la maleta que había preparado mientras mi abogado hacía las gestiones para mi ingreso. Pero no hubo manera.

-La Audiencia desmiente que acudiera a Villabona.

-Mi abogado tiene pruebas suficientes para acreditar que estuvimos allí.

-¿Qué ha hecho estos días?

-De Villabona fui a pasear por Oviedo, y al día siguiente y hasta ayer por la noche (por el martes) estuve en Madrid arreglando unos papeles de Hacienda. No he estado escondido (de la Policía) en ningún momento.

-¿No tiene ninguna notificación para ingresar en la cárcel?

-Cuando volví a Salinas había un papel de la Guardia Civil instándome a que me pusiera en contacto con ellos. Y lo primero que hice esta mañana (por la de ayer) fue llamar a la Guardia Civil. Me presentaré mañana (por hoy) en la cárcel. Tenía pensado hacerlo hoy (por ayer) pero ya no me da tiempo.

-Pues aparcado a pocos metros de su portal hay un coche de la brigada judicial de la Guardia Civil. ¿Qué le parece la situación?

-¡Por favor! Si he hablado con ellos. Es un caso insólito. Para que se vea si hay o no persecución. Jesucristo está a punto de descolgarse del madero y tirarse a la yugular de alguien ante tanta injusticia. Estoy sufriendo el mismo linchamiento que ya sufrieron los hermanos Secades (dos mandos de la Policía Local) por el tema de la sargento Mercedes.

-La Policía dice que no contesta a sus llamadas ni abre la puerta cuando le pican.

-Es una mentira como una catedral. Ahí está la intencionalidad de ese personaje (se refiere a la jueza de la Audiencia) que es indigno que se ponga la toga. Todo esto es por inquina personal.

-¿Siente que están haciendo leña del árbol caído ahora que está jubilado?

-No hay vergüenza. He estado trabajando 45 años y lo único que recibo es esto: que me traten como un apestado. Creo que he contribuido de manera importante a que Oviedo sea la ciudad que es. Me voy a dedicar en cuerpo y alma al Derecho para vengarme de todos estos.

-Lo cierto es que la polémica y los tribunales han estado muy presentes en su trayectoria.

-No, no, no... Todo eso fue un sindicalista que hizo carrera gracias a meterse conmigo. Otro que soñaba De Luis. Era obsesión.

-¿Tiene asumido que tendrá que entrar en la cárcel?

-Desde el primer momento. Sabía que esta jueza no me iba a suspender la condena. Ha hecho ingeniería judicial para condenarme, que si encubrimiento, que si infidelidad en custodia de documento público... A la única que he sido infiel es a mi mujer, a la que pido disculpas una vez más.

-Ya sabe que los policías no suelen ser bien vistos por el resto de los presos.

-Donde quieras que vayas de los tuyos hayas. No tengo miedo en absoluto. Lo único que como estoy tan bueno alguno intente... (risas).

-¿Ha pensado lo qué hará el tiempo que pase en la cárcel?

-Después de las querellas que estas juezas van a presentar contra mí cuando lean esta entrevista igual no salgo. Si me dejan daré clases de inglés y de alemán a los reclusos. Una vez hice allí una novillada. Traje toros de Salamanca y toreé. E igual escribo algo sobre este sainete que va camino de convertirse en comedia. Ya tengo el título: Panamá (es un acróstico jugando con los nombres y apellidos de los tres jueces de los que habla). Tengo derecho a elegir cárcel, cosa que tampoco se ha cumplido. Y en Ávila hay una cárcel para policías. Ya veré lo que hago.

-¿Ha hablado con Gabino de Lorenzo?

-No, no he hablado con Gabino. Yo no pido nada a nadie.

-¿Ha recibido mensajes de apoyo, llamadas...?

-Sí. Pero si para mí la jefatura ha sido un potro de tortura. Me retiré, me vine a vivir a Salinas y hasta he olvidado que fui jefe de la Policía Local.

-Durante el juicio esgrimió la figura de Gerardo Herrero.

-Fui a hablar con él preocupado por lo que podía pasar con los agentes por ese desastre de atestado y me dijo que no me preocupara.

-¿Qué opina de esa leyenda negra que siempre le ha rodeado: abusos de poder, el brazo ejecutor del gabinismo..?

-Sí, sí, el Rasputín o el Godoy. Pues no. He trabajado muchas horas para conseguir algo. Ayudé al mejor funcionamiento de Oviedo. He hecho miles de servicios por la ciudad y no tengo ni una felicitación. Y luego ves por ahí a personas que no han hecho nada cargadas de medallas.

-¿Así que en realidad...?

-Pues soy un desgraciado. Mira que he quitado multas y atestados, y para uno que hago reglamentariamente, hasta se lo expliqué al fiscal, acabo en la cárcel.