Los vecinos de La Corredoria ya se han visto las caras con los cerdos vietnamitas del antiguo poblado chabolista de La Malata en alguna ocasión. De hecho, en octubre del año pasado, los residentes del entorno de la calle Josefina Argüelles, en La Corredoria baja -muy cerca de La Malata- alertaron de la presencia de estos animales junto a un parque infantil. Lo vieron revolcándose en el césped, aunque no llegaron a producir altercados más allá de estropear la zona verde.

Los vecinos ya achacaron entonces la presencia de las "familias de porcinos" al aumento de la población chabolista de La Malata, en la que en los últimos años vivía una docena de personas, pero llegó a haber más de cuarenta. Al parecer, uno de los antiguos pobladores de La Malata se dedicó a la cría de esta especie porcina -a medio camino entre el cerdo común y el jabalí- pero falleció y los animales quedaron sueltos. Los perros eran las mascotas de algunas de estas personas y las gallinas les servían para comer.

La pala excavadora destruyó el martes todo el poblado chabolista -el último de estas características en Oviedo- salvo una huerta perfectamente delimitada, rodeada de chabolas, en buen estado y llena de berzas y fabes de mayo. Un matrimonio con un hijo, y una mujer mayor se fueron a viviendas de protección social, mientras que el resto se marchó en busca de fincas para estacionar sus caravanas fuera de Oviedo.

Una vez limpio de restos de chatarra, cartón y madrea, los técnicos cerrarán el terreno con estacas de hormigón para protegerlo. El gobierno local no tiene planes a corto o medio plazo para actuar urbanísticamente en la zona, un terreno que forma parte del proyecto de compensación del ámbito urbanizable La Malata Sur, cerca de la antigua carretera a Lugones, en el límite con Siero y bajo las vías del tren.