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¿Cómo ayudar a recuperar las rutinas tras las vacaciones?

Los hábitos regulares aportan seguridad a los niños l Es bueno mantener unos horarios para estudiar o ir a dormir

Acaban las largas vacaciones de verano y tenemos a nuestros hijos repletos de energía. Vamos a comenzar un nuevo curso y hemos de adaptarnos a los cambios. ¿Qué podemos hacer los padres para facilitar esta situación?

En primer lugar transmíteles ilusión y serenidad por el nuevo comienzo de curso.

A los padres de Pedro, Juan y Laura les resulta fácil. Acompañan a su hijo a comprar el material escolar, le ayudan a elegir la cartera y alguna otra cosa. ¡Qué bonito! Todo nuevo, le ilusionan con el comienzo: "¿Qué aula te tocará? Volverás a ver a tus amigos? ¿Acaso habrá alumnos nuevos? Este año podrás realizar nuevas actividades extraescolares".

Sin embargo no sucede lo mismo con los padres de Marta, Luis y Ana: "¡Esto es un timo! ¡A ver como pagamos todo. En ese colegio se creen algo". Durante la niñez y dada su inmadurez cognitiva, los niños necesitan el apoyo de sus padres y de una orientación constante.

Ayúdales a readaptarse. Es importante que el niño conozca claramente lo que se espera de él. Para ello son de inestimable apoyo las rutinas. Nos dice Rudolf Dreikurs " "La rutina diaria es para los niños, lo que las paredes son para una casa, les da fronteras y dimensión a la vida. La rutina da una sensación de seguridad. La rutina establecida da un sentido de orden del cual nace la libertad."

Los investigadores de la Universidad de Duke han estimado que más del 40 por ciento de las acciones que realizan las personas cada día no son decisiones de ese momento sino hábitos adquiridos por repetición que facilitan la automatización de las operaciones mentales. Con las rutinas adquirimos los hábitos que nos ahorran esfuerzo y energía.

Las rutinas son pautas de conducta constantes, en las que prima el orden físico y temporal. Por ejemplo: estudiar en el mismo sitio, más o menos a la misma hora después de merendar o ir a la cma, más o menos a la misma hora después del baño.

El orden exterior se reflejará en la organización interior del pequeño, proporcionándole un mayor nivel de seguridad que le permitirá orientarse y desarrollar su inteligencia, mejorando su rendimiento. Serán de especial importancia en esta etapa los hábitos de seguridad e higiene, como el descanso y la alimentación. También son relevantes los hábitos de estudio y trabajo, elaborar conceptos, clasificar, memorizar, relacionar, deducir, evaluar y resolver problemas. Además, es muy útil desarrollar hábitos afectivos, como el optimismo, la sociabilidad y la resiliencia. Hacer amigos es clave para el desarrollo de la autoestima y la mejora de las habilidades interpersonales.

Aportar apoyo afectivo. Es bueno darles apoyo afectivo. Ayudarles a entender que el cambio puede resultarles cansado y tenso así como escucharles y ayudarles a expresar sus emociones. Y por último No olvidemos que aunque empiece el curso, nuestros peques necesitan un tiempo de esparcimiento. Suerte a todos, con la nueva y provechosa etapa que se nos presenta.

985225540

Teléfono de la Esperanza

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