La empresa a la que se había adjudicado inicialmente la gestión de la perrera municipal no lo llevará finalmente y el contrato irá a manos de la segunda firma presentada al concurso, una clínica veterinaria de Oviedo. Fuentes municipales precisaron ayer que varias irregularidades en la empresa le impiden suscribir contratos con la administración local y fuerzan a conceder el servicio a la segunda oferta de las presentadas al concurso.

El proceso de la perrera ha sido complejo, pues los primeros pliegos fueron rechazados por las presiones de los animalistas, que consideraban que el servicio se convertiría en "un horno crematorio". A los nuevos sólo se presentaron dos ofertas, la clínica veterinaria ovetense Quirós y la empresa Can Mar. La mesa de contratación había acordado adjudicar la gestión del albergue de animales de La Bolgachina por cuatro años a esta segunda, una compañía de adiestramiento canino afincada en Siero, siguiendo criterios "técnicos y económicos" se decidió que la adjudicación,

Aunque la concejala responsable del servicio, Mercedes González (Somos), había declarado que realizaría "una vigilancia extrema" para "garantizar el bienestar animal", para la Plataforma de Entidades de Protección Animal (PEPA) la adjudicación a esta empresa había sido interpretada como "patada en la boca del estómago", en palabras de su portavoz Sandra Suárez.

Los animalistas también habían declarado entonces que la posibilidad de que una protectora asumiese el servicio no había sido posible y que con tan solo dos empresas privadas en la carrera, querían y creían que la clínica veterinaria sería "la opción menos mala". Ahora, aunque por la vía de las irregularidades administrativas, han logrado el objetivo que se proponían.