En el Parque de Invierno, donde fue instalado en 2005, el vandalismo se había convertido en un problema constante. Los ataques al monumento en homenaje a las víctimas del Holocausto, dice Aida Oceransky (México DF, 1945), presidenta de la Comunidad Judía del Principado de Asturias, se debieron más a la "ignorancia" que al antisemitismo. Por la razón que fuese, el año pasado se encontraba tan dañado que el Día de la Memoria del Holocausto tuvo que celebrarse en El Campillín.
Fue entonces, explica Oceransky, cuando la comunidad judía decidió hacer un nuevo monolito y cambiarlo de sitio, para lo que se pusieron en contacto con el Ayuntamiento. Alegando que las administraciones públicas deben hacer bandera del laicismo, los concejales del tripartito no han participado en las festividades de Jánuca. La presidenta de la comunidad judía, sin embargo, defiende que siempre ha recibido su apoyo y del alcalde, Wenceslao López (PSOE). El monumento, una piedra de casi seis toneladas, comenta, se encuentra ahora en una ubicación ideal, en el Campo San Francisco, a escasos metros del teatro Campoamor, en cuyos terrenos hubo un cementerio judío durante la época medieval.
-Oviedo recupera el monolito en memoria de las víctimas del Holocausto.
-Ha tenido que recuperarse porque, lamentablemente, había sido dañado.
-¿Qué le parece la nueva ubicación?
-Hemos tenido la fortuna de que el Alcalde se mostrara abierto a la idea.
-¿Le sorprendió que acudiesen miembros del tripartito a su inauguración?
-Todo lo contrario. Nos apoyan habitualmente. Tanto los concejales socialistas como el alcalde. Wenceslao López (PSOE), de no haber tenido problemas de agenda, habría estado seguro. Y en la inauguración hubo también una representación institucional del Gobierno de Principado.
-En el Parque de Invierno, su ubicación anterior, el monumento sufrió varios ataques.
-Muchísimas veces. Lo rayaron, hicieron pintadas, arrancaron la placa... De todo. Por eso, debido a su mal estado, el año pasado celebramos el Día de la Memoria del Holocausto en El Campillín. Fue en ese momento cuando hablamos con el Alcalde para llevarlo al Campo San Francisco. Nos dieron el visto bueno y empezamos una campaña de financiación para poder instalar allí un nuevo monolito. La respuesta fue muy favorable. La gente que lo ve se queda bastante impresionada. El cantero interpretó muy bien nuestra idea. Desde el emplazamiento, además, se ve el teatro Campoamor que fue un cementerio judío en el medievo.
-¿Cuál fue la idea que le transmitieron al cantero?
-Pedimos una piedra desnuda, que evoca sentimientos muy fuertes, y que se colocase para que emergiese de la tierra. El cantero, Javier Suárez, labró la estrella de David en la parte de arriba y después pusimos la placa. La piedra, que proviene de una cantera de Llanera, pesaba casi 6 toneladas. Se enterraron casi 70 centímetros para que estuviera firme y no sea posible tirarla. El diseño del monumento es simple y sirve de homenaje a los seis millones de judíos masacrados por los nazis. Para nosotros la satisfacción es muy grande. Los judíos siempre hemos estado vinculados a España.
-¿Cree que en el Campo San Francisco está más seguro?
-Por supuesto. Por la noche está bien iluminado y por allí pasa mucha gente. Esto actúa como elemento disuasorio para el vandalismo. El domingo por la noche, -día de la inauguración- pasamos por allí, porque estábamos tan emocionados por haberlo puesto que volvimos por la zona. Habíamos dejado seis velas y cuando fuimos aún estaban encendidas. También estaban todas las piedras que colocamos.
-¿Le sorprendió?
-Sí. Y me da mucha esperanza. Creo en el Campo San Francisco será respetado.
-¿A qué cree que se deben esos actos vandalismo?
-En su momento creemos que los daños pudieron causarlos hinchas radicales de fútbol. Algunos utilizan símbolos nazis, pero ni saben lo que significan. Pintaron símbolos nazis, rayaron la placa... Pero no creo que sea un tema de antisemitismo, se debió a la ignorancia. De la misma manera que hacen pintadas con esvásticas por todas partes, la tomaron con el monolito.
