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Lucía Noriega Serrano | presidenta del Club Alpino Peñaubiña

"Oviedo te hace la vida fácil, en una mañana resuelves un montón de cosas"

"Mi padre fue un pionero del esquí en la ciudad y nos inculcó la afición"

Lucía Noriega Serrano, en Montecerrao. Miki López

La práctica de la abogacía y el esquí son dos de las pasiones de Lucía Noriega Serrano, abogada y presidenta del ovetense Club Alpino Peñaubiña, nacida en 1974 y exalumna del colegio Santa Teresa de Jesús (Teresianas). Hasta segundo de EGB asistió a la antigua sede de González Besada. Entonces se realizó el cambio al actual edificio del Naranco y aquella niña descubrió la nueva experiencia de ir al colegio todos los días en autobús. Lucía Noriega asegura que Oviedo es una ciudad que hace la vida más fácil. Entre sus rincones favoritos para pasear está el Antiguo y, por supuesto, la plaza del Fontán.

Un "polvorín" en el colegio de las Teresianas. "Siempre estudié en las Teresianas. Empecé en el antiguo colegio de la calle González Besada y en segundo de EGB nos trasladamos al actual edificio del Naranco. Fue un gran cambio porque hasta entonces iba caminando desde el Campillín, donde vivíamos. Además, el colegio nuevo era muy diferente, un edificio de arquitectura moderna en plena naturaleza. Allí estuve hasta COU, el curso preuniversitario. Yo era un 'polvorín' de mujer. La verdad es que no fui una niña fácil, pero estudiaba bien y eso me salvaba. No era brillante pero aprobaba siempre".

Buena gimnasta desde la infancia. "En el colegio hice gimnasia rítmica durante muchos años. Soy muy deportista desde pequeña. Incluso estuve en el centro de tecnificación que había en el Cristo. Allí entrenábamos muchas niñas de distintos centros escolares. Competía, pero apenas gané medallas".

Esquí, desde los primeros años. "También empecé a esquiar desde pequeña. El esquí nos lo inculcó mi padre, Enrique Noriega, que fue todo un pionero del deporte blanco, una de las primeras personas que empezó a esquiar en Oviedo. Nos contaba unas aventuras superdivertidas. Siempre íbamos a Pajares. Solíamos subir en coche y a veces subíamos en los autobuses que iban los fines de semana. Era toda una aventura. Aquellos inviernos de esquí son algunos de los mejores recuerdos de mi infancia".

Estudiante de Derecho por consejo materno. "Estudié Derecho, pero en realidad yo quería hacer Historia del Arte. Las monjas del colegio me dijeron que 'no', que hiciera Derecho. Mi madre también defendía esa tesis y entre todas me quitaron las intenciones. La carrera fue larga. Me tocó aquel famoso plan intermedio y fue duro. Terminé y la verdad es que nunca me planteé hacer oposiciones. Empecé a hacer prácticas en un despacho de Gijón, llevando temas de todo tipo. Cuando comienzas, haces lo que te ponen encima de la mesa, como es lógico. Ahora me dedico a cuestiones de Derecho Civil. Es un área temática que me gusta. Pienso que la gente valora el trabajo de los abogados. A esta profesión hay que dedicarle muchas horas".

Entre Oviedo y Madrid. "Viajo bastante porque soy miembro de un despacho en Madrid y eso me lleva a tener que pasar allí bastantes días, pero mi casa está en Oviedo. Noto mucha diferencia entre ambas ciudades, como es lógico. Si para algo me ha servido estar tanto en Madrid, es para darme cuenta de que Oviedo es una maravilla y que conste que Madrid también me gusta mucho".

La ciudad con el tamaño ideal. "Oviedo es accesible, muy manejable. En un día te da tiempo a hacer un montón de cosas. En Madrid no puedes por las distancias. Oviedo te hace la vida fácil, en una mañana resuelves todo. Otra cosa que me gusta mucho de la ciudad es que la gente aún se saluda por la calle. Siempre te encuentras a alguien, ¡y si vas con prisa mas todavía!

Aficionada a la ópera y a la zarzuela. "Me gusta la ópera, eso me lo inculcó mi madre. También voy a la zarzuela. Cuando era pequeña, mi padre me llevaba a ver al Cibeles al Palacio de los Deportes. Jugaban los sábados por la noche. Éramos socios del Cibeles y del Real Oviedo. Ahora voy a algún partido suelto. Me encantaría que el Oviedo mejorase su situación. Soy oviedista al cien por cien. La verdad es que a mi padre le encantaban los deportes. Una temporada empezamos a ir al balonmano e incluso íbamos a a ver por la mañana a los juveniles en El Requexón".

Presidenta por casualidad. "A la presidencia del Club Peñaubiña llegué por casualidad. Hubo que hacer un cambio de directiva y en una cena en Luanco uno de los directivos y su mujer me convencieron. Es una tarea laboriosa y quiero dar las gracias a la gente que me apoya. La mayoría de los socios son de Oviedo. Tenemos un edificio en Valgrande-Pajares que abrimos solamente durante la temporada. Tiene cafetería, restaurante y albergue. Buscamos que vengan familias con niños. Un club tiene que tener una fuerte base de niños que sientan la misma pasión por el esquí que sus padres. Ellos son el futuro. El club tiene más de medio siglo y es uno de los más antiguos de España, pionero en el esquí".

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