El Pleno municipal fue un zoológico con muchos jardines y pocos claros. Hubo leones, elefantes, un colibrí, páxaros, huevos, avispas y tragedia griega reformulada como drama tripartito. La sombra de las "tarjetas blue" para aparcar gratis planeó durante toda la tarde en el gran salón plenario sin que acabara de aterrizar del todo y sin que el debate entre los concejales diera para mucho más que cierta insistencia en lo mal que está la educación y cómo la vamos a cambiar.

La plataforma vecinal "Villa Magdalena", un clásico desde hace unos meses en la bancada destinada al público y habituales portadores de pancartas recriminando al PP los pufos del presente por los errores del pasado con la exigencia de dimisiones futuras, cambió esta vez los medios pero no el mensaje. El rechazo a los populares se evidenció esta vez por parte de este colectivo mostrando tarjetas rojas (una veintena) cada vez que algún concejal del PP intervenía en la sesión. Daba igual que fuera, como sucedió al principio, Belén Fernández Acevedo y estuviera defendiendo la equiparación en las condiciones laborales del personal de Servicio de Atención Continuada (SAC) con el personal sanitario homólogo, o que fuera Eduardo Rodríguez para analizar la precariedad de los investigadores universitarios. Ninguno se salvó de la tarjeta roja y sólo Fernando Fernández-Ladreda alzó un poco más la voz para reclamar su derecho a expresarse libremente en el Pleno. "Siento molestar al público", expuso cuando el Pleno analizaba una moción reclamando un pacto educativo, "pero como representante elegido democráticamente, no salí a pegar patadas, así que no me saquen tarjeta roja".

Al acabar el Pleno, algunos miembros de la plataforma trataron de entregar a los populares los cartelones colorados:

-¿No tienes la azul? ¡Pues toma la roja!

Y Gerardo Antuña, sonrisa franca, le explicaba que no, que él no tenía, y la simpatizante del colectivo se lamentaba de qué mala suerte, pero que se la diera al que tenía ya la azul. Iba por Caunedo pero el exalcalde evitó esta vez el cara a cara con el colectivo vecinal.

Aprobada por unanimidad la moción para reclamar la homologación del personal SAC, la moción de IU en contra de la precariedad de los jóvenes investigadores mereció una réplica dramática por parte de Eduardo Rodríguez. El edil del PP afeó que la moción no cargara contra el Principado y sus recortes en la Universidad, que ejemplificó con sus propios alumnos, a los que ha visto en clase, contó, como a los músicos en la Rumanía comunista de Ceaucescu, tocando con abrigo y con "guantes recortados a la altura de la falange". Lo de los investigadores dio para mucho, hasta para que Rosón metiera la esperable peseta de las "blue". "Si hay algo transversal entre estos jóvenes", soltó, "es que no van a tener tarjetas para aparcar gratis y los viajes a Florida se los van a tener que pagar ellos". También tuvo lo suyo para Eduardo Rodríguez. Viendo que el del PP decía que estaban bien las acciones del tripartito hacia los universitarios pero que el responsable era el Principado, Rosón le contó "la fábula del colibrí y el fuego en la selva". Hay un incendio, los grandes animales salen corriendo y el león, que ve al colibrí echando agua en una hoja, le pregunta que qué hace, que se va a quemar. "Estoy haciendo mi parte". "Y eso, Eduardo, es lo que hacemos nosotros", concluyó.

Ciudadanos mostró sus dudas ante la propuesta de IU sobre el anteproyecto de Ley de Sostenibilidad y protección ambiental con un "¿estamos a huevos o a páxaros?" y PSOE e IU criticaron a la oposición que no fueran capaces de entrar al fondo de los debates y resumieran todo identificándolo como "un drama del tripartito".

En la recta final, el paisaje clareó un poco y se aprobaron tres declaraciones institucionales relativas a los días internacionales del Pueblo Gitano y de la Visibilidad de las personas Trans y otra en relación a las medidas de control de la avispa asiática, dentro de la campaña "Stop Vespa Velutina".