Los vecinos de la calle Vázquez de Mella y alrededores tuvieron el viernes una noche movida. La decisión del Ayuntamiento de culminar de madrugada unas obras para reparar el asfalto de la glorieta de Vallobín afectado por una actuación en el colector mostraron su descontento porque los ruidos ocasionados entre las diez de la noche y las seis de la madrugada del sábado apenas les dejaron dormir.

Algunos de los afectados mostraron su incredulidad tras comprobar que las obras comenzaban justo con la caída del sol. "El que tenga que madrugar que se fastidie", comentaban con ironía vecinos como Carmen Riaño, cuya indignación fue creciendo con el paso de las horas. "Pasa el tiempo y ahí siguen", indicaba una mujer que incluso grabó varios libros para ilustrar los fuertes sonidos provocados por la maquinaria pesada empleada para realizar los trabajos.

La actuación fue justificada por la propia concejala de Infraestructuras, Ana Rivas, que aseguró que es habitual acometer actuaciones a esas horas si la situación lo requiere. "Se hace por la noche para evitar el tráfico y para que el asfalto pueda secar", explicó la concejala, que puso como ejemplo proyectos recientes como la calle de la Lila que fue también asfaltada hace pocas semanas por la noche.

Del mismo modo, señaló que la decisión fue tomada una vez sopesados diferentes factores. "Las obras siempre producen trastornos, pero a unas horas más que a otras", indicó dando a entender que en este caso lo más conveniente era actuar con nocturnidad al tiempo que indicó que uno de los objetivos era que todo quedase listo en una sola noche. "Salvo alguna incidencia, que no me consta que hubiera, no se requieren más molestias", anunció para satisfacción de los vecinos que ayer cruzaban los dedos para "poder recuperar el sueño perdido" el viernes.