Verduras y aplicaciones se dan cita en un mismo evento: la "Ecoparty"que prepara Freehouse. Este vivero de empresas tecnológicas se suma a La Colmena, un movimiento internacional de economía colaborativa, con el objetivo de unir el mundo digital con la huerta. Se trata de la primera "feria híbrida" en Asturias donde es posible ver, oler y saborear productos ecológicos asturianos pero también se dan a conocer los proyectos en los que trabajan las empresas digitales asentadas en el chalet de la Freehouse. La sede de esta empresa, ubicada en la calle Las Mazas, a las afueras de Oviedo, es el espacio elegido para esta cita con el campo y la tecnología que tendrá lugar mañana, día 16 de junio, a partir de las tres de la tarde.

Differents Travels, una "start up" de viajes o Blunder, una compañía encargada de desarrollar aplicaciones para empresas, serán algunos de los ejemplos tecnológicos que pondrán su stand en esta feria que tiene como lema "Madreñes y Sturtups". Del otro lado, del ecológico, productos de sobra conocidos como la miel, el queso o la carne asturiana, harán las delicias de los asistentes. La música en directo pondrá banda sonora a esta velada abierta al público.

"Los jóvenes nos hemos desencantado de la comida basura y nos decantamos por lo ecológico", confiesa María Fernández Cortijo, una de las organizadoras de esta feria que conecta a productores locales con consumidores. Fernández es conciente de que los productos ecológicos y el desarrollo sostenible, además de estar de moda, son valores a destacar hoy en día. La cita de mañana es sólo el inicio. Este primer mercadillo sirve como muestra del concepto que reivindica La Colmena. La idea es potenciar la vida rural y crear un "grupo de consumo" conectado a través de las nuevas tecnologías. Por un lado, los agricultores dan salida a sus cosechas sin pagar coste alguno y los interesados en productos ecológicos pueden hacer su pedido online o contactar con el productor para recoger los alimentos que les brinda la huerta asturiana.

"El viaje tecnológico ya funciona en Freehouse. Ahora toca acercarse a la parte rural", confiesa Daniel Suárez, creador del espacio de emprendedores en el que trabajan alrededor de 25 personas.

La incubadora de empresas se puso en marcha hace cuatro años con el fin de potenciar la actividad emprendedora en la región. La intención pasaba por evitar la fuga de cerebros que encontraban en el extranjero, no sólo mejores condiciones laborales, sino la posibilidad de explotar todo su potencial en proyectos ilusionantes, según explica el creador de esta iniciativa empresarial. "Desde que empezamos ya se vino un chico que estaba en Noruega y una chica de Irlanda", confiesa Suárez. El reto ahora es crear un ecosistema colaborativo para dar salida a las delicias del campo asturiano.