Carmen del Prado es una corredora de fondo que tras alcanzar el éxito en el atletismo -fue campeona de España de 800 metros- busca alcanzar nuevas metas en su carrera profesional. Nacida en León hace 45 años, pero afincada en Asturias desde pequeña, ayer mismo tomó posesión como nueva jefa de Bomberos del Ayuntamiento de Oviedo, cubriendo un puesto que llevaba vacante desde marzo, tras la jubilación de José Manuel Torres, y al que llega con la meta de evitar nuevas tragedias como el incendio de la calle Uría del 7 de abril de 2016 en la que falleció el bombero Eloy Palacio.

Fueron las consecuencias de aquel fatal día lo que le animó a postularse para el puesto. "Cuando me enteré de la posibilidad me picó el gusanillo y opté por prepararme", declara una mujer que, no obstante, afirma que su primera experiencia con el mundillo tuvo lugar siendo una niña de diez años. "Los bomberos vinieron a hacer una exhibición a mi colegio, el Palacio Valdés de Avilés y no dudé en tirarme por la rampa hinchable que pusieron desde el piso más alto del edificio", rememora para luego señalar que su atrevimiento obligó a su madre, tutora de otra clase del centro a permitir a sus alumnos seguir sus pasos. "Les dijo que era muy peligroso, pero ellos dijeron que yo me había tirado y no le quedó más que dejarles también", indica.

Su vida en Avilés se prolongó hasta los17 años. Fue entonces cuando su familia se trasladó a Oviedo, donde reside desde entonces, salvo un paréntesis obligado por la carrera de Arquitectura en Navarra. "Tras titularme trabajé en estudios y tras año y medio en la consejería de Vivienda trabajé en el Ayuntamiento de Colunga", indica Carmen del Prado, que apenas un año después no dudó en lanzarse a por una de las plazas convocadas por el Ayuntamiento de Oviedo. "Tenía contrato de cuatro años, pero era una oportunidad y aquí llevo 14 años", subraya.

No tiene dudas de que su formación es la adecuada para dirigr el cuerpo de Bomberos. "Llevo desde que llegué al Ayuntamiento colaborando con ellos, pues un arquitecto tiene mucho que aportar sobre la seguridad de los edificios y otros aspectos determinantes", argumenta. Reconoce que el servicio tiene la necesidad de incorporar en la dirección personal con experiencia en la extinción de incendios. "Es obvio que se necesita gente experta en este campo y se tendrá en cuenta", anuncia ante el previsto nombramiento de un subjefe.

Asegura que el reto más inmediato es "la toma de contacto y saber qué tenemos entre manos". De todos modos, indica que el plan de gestión exigido en las pruebas de selección le permite estar al tanto de algunos asuntos que está dispuesta a abordar. "Es necesario rejuvenecer y ampliar la plantilla porque estamos cortos de efectivos", declara sin olvidar la necesidad de rejuvenecer el parque de Bomberos. "Actualmente la media es de 52 años y hay que intentar rebajarla", sostiene, consciente de que las comparativas con otras ciudades son, más que odiosas, negativas. "En Bilbao hay un bombero por cada 1.800 habitantes cuando aquí tenemos un efectivo por cada 3.300", lamenta.

Con todo, reivindica su capacidad de sacrificio y dedicación, demostrada en el campo de atletismo, donde comenzó a competir con ocho años y llegó a ser campeona de España de 800 metros. "Haremos todo lo que esté en nuestras manos para evitar tragedias como la de Uría y que los ovetenses mejoren en materia de prevención frente a los incendios", compromete.

Para ello, apunta ya a medidas concretas que, a su juicio, ayudarían a evitar pérdidas irreparables. "Recomiendo a todos los ciudadanos adquirir un detector de humos, cuesta unos doce euros y puede resultar muy eficaz", comenta para luego señalar que el 80% de los fallecimientos en incendios se deben a la inhalación de humo. Pasa de puntillas por el incendio mediático por el atasco en el departamente de licencias, que justo abandona por los bomberos. "No opino, ahora soy de otro área".