"Los característicos sombreros que llevaron los miembros del Regimiento de Línea de Grado eran, en realidad, chisteras realizadas en Inglaterra". Así lo reveló ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Juan José Escudero, vicepresidente del Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés, durante la presentación del libro de José Luis Calvo Pérez que relata la historia del regimiento.

Escudero destacó la paradoja de que a la mayoría de los soldados asturianos los vistiesen los ingleses, cuando los franceses invadieron España, con permiso del Rey, bajo el pretexto de pasar a controlar la frontera portuguesa.

La bandera del Regimiento, creado en 1808 para combatir a las tropas napoleónicas, cuyo primer coronel fue José Jove y Valdés, estuvo muchos años en la iglesia de Azcoitia y luego pasó al Museo del Ejército en Madrid, según resaltó Manuel Luis Ruiz de Bucesta y Álvarez, presidente del Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés, entidad que se ha encargado de la edición del libro. Ruiz de Bucesta también destacó el "gran valor" de los soldados gradenses.

Escudero realizó un exhaustivo análisis del escudo y de la bandera de Grado, una de las polas mas antiguas de Asturias, y reclamó un cambio en sus atributos, "aunque sólo por los vecinos que derramaron su sangre en encarnizadas luchas". Escudero criticó que el escudo incorpore directamente las armas de la familia Grado, de las que toma hasta el curioso yelmo que lo corona, sin tener en cuenta otros acontecimientos del concejo. "Habría que dejar a Grado decidir si quiere tener un escudo familiar o uno propio del pueblo", recalcó. Además, lamentó que la actual bandera municipal no llevé el color del escudo y cuente con detalles poco frecuentes, como un mapa que delimita las fronteras del concejo, "algo que puede ser bastante cambiante".