La última sesión plenaria del verano fue larga, crispada y con pocas novedades sobre lo previsto, a pesar de los sustos y los amagos, en forma, incluso, de gritos, insultos y conatos de peleas. Pero después de casi cinco horas de debate, la concejala del PP Cristina Fernández dejó caer una carga de profundidad en la parte de ruegos y preguntas. El concejal de Economía, Rubén Rosón, contó sin que el edil de Somos negara la declaración, se reunió la semana pasada con una portavoz de una de las comunidades afectadas por el llamado IBI de ricos y le ha asegurado que no tendrán que pagar el diferencial que les carga las nuevas ordenanzas fiscales.

No sólo eso, explicó la concejala del PP. El propio concejal de Economía le dio instrucciones de cómo evitar el pago del impuesto. Le explicó que llegado el uno de septiembre (los recibos se emiten dos meses más tarde) la comunidad de propietarios, una de las tres que tiene en Oviedo los garajes sin dividir y por eso está afectada por el IBI a las grandes superficies, debería acudir a Recaudación y solicitar un recibo por adelantado. Al tiempo, deberían presentar un escrito al Ayuntamiento indicando que no iban a pagar el recibo porque el IBI especial se encontraba recurrido ante los tribunales. Rosón le garantizó que el Ayuntamiento aceptaría el recurso y su comunidad no tendría que pagar el recibo.

De esta forma, Rosón está orientando a los vecinos para evitar que la sentencia sobre el IBI a los ricos, recurrido por errores en su tramitación, llegue después de que los vecinos hayan pagado los recibos.

Ayer en el Pleno, Rosón no quiso contestar a la pregunta de Cristina Fernández, que quería saber si estaba dando todas estas instrucciones a todos los vecinos afectados. El Alcalde preguntó al responsable de Economía si quería contestar, Rosón le hizo un gesto de "pasa-palabra" y Wenceslao López explicó que no se podía saber lo que iba a pasar en los tribunales.

Era el final de un Pleno muy largo y muy agitado. El primer debate fuerte, retirada la propuesta de Somos para crear una comisión que presione para la construcción de un nuevo instituto en la Corredoria, llegó con la proposición del tripartito para que se requieran los registros de propiedad de los inmuebles que la Iglesia católica ha inmatriculado en el municipio. Lo que para Cristina Pontón (IU) es un "robo a mano armada" se convertía en "ridículo" para Luis Pacho (C's) por el hecho de una administración pidiéndose algo a sí misma y "anticlerical" para Gerardo Antuña (PP). Desde Somos, Mercedes González apeló a la iglesia cristiana de los pobres, pero el problema llegó cuando Luis Pacho se encaró con Wenceslao López por haber perdido el turno y no haber querido el regidor que lo recuperara.

El debate para pedir al Gobierno central que se flexibilice la tasa de reposición fue largo, tedioso y se aprobó con sólo los votos del PP en contra, y la discusión para proponer que Oviedo pueda entrar en la puja para acoger un nuevo grado en Educación Física trajo más lío. A la enmienda introducida por Somos a la propuesta del PP sumó el líder de los populares, Agustín Caunedo, una "enmienda in voce". Como Somos exigía que el grado que se fuera a instalar fuera de la universidad pública, Caunedo pidió añadir la coletilla de que se pidiera al Principado fondos para poner en marcha la titulación. Todos estaban de acuerdo hasta que el alcalde se negó a votarla al ver que el PP pretendía introducir la modificación para después no apoyarla, aunque se aprobaría con los votos del tripartito.

Pero lo que acabó por tensar la situación fue el debate internacional. Una propuesta en apoyo a los activistas saharauis juzgados en Salé-Rabat, aprobada con las abstenciones de C's y PP preparó el terreno para el debate sobre Venezuela. Varios venezolanos residentes en el municipio, pancartas y banderas, apoyaron la propuesta del PP contra la represión del gobierno de Maduro. El texto aprobado fue el del PSOE, pidiendo cese de la violencia y salida democrática. La posición de IU, defendida por el edil Iván Álvarez, de apoyo a Maduro y los comicios del pasado fin de semana provocó gritos entre el público y un enfrentamiento entre Sánchez Ramos (IU) y Francisco Javier García (PP) en el que el primero le llamó faltoso y tonto.

Metidos ya en las proposiciones de urgencia, Somos hizo un quiebro y permitió, contra la posición de sus socios, que se debatiera la que Ciudadanos llevaba para pedir que se anulara el nombramiento del representante vecinal en el jurado sobre el concurso de ideas para el Cristo. Wenceslao López se metió de lleno en el debate, la oposición le recriminó que estaba alterando los turnos y Javier Fernández, representante vecinal de Vallobín, le increpó desde el público. Las voces fueron fuertes. Y uno y otro se amenazaron a ver si la cosa acababa con una expulsión. Todavía Francisco Javier García y Sánchez Ramos volverían a sacar lo de los insultos para despedir la sesión.