Los asaltos a viviendas ya no son sólo cosa del verano en Oviedo. Dos robos registrados en sendos pisos de Montecerrao a plena luz del día en la mañana del lunes han encendido de nuevo las alarmas de un vecindario que ya fue víctima de alguno de los numerosos casos que se dieron en el periodo estival. En esta ocasión, se sospecha que los autores de los asaltos -en manos de la Policía Nacional- habrían optado por la vigilancia del rellano y aprovechado la ausencia de los residentes para hacerse con un botín en forma de joyas y dinero.

El modus operandi es muy diferente al acostumbrado durante el verano, cuando los ladrones colocaban pequeñas piezas de plástico entre las puertas de entrada y el marco, que caían al suelo si los dueños accedían a la casa o quedaban intactos si nadie entraba, señal entonces de que había vía libre.

El último robo sucedió entre ocho y las once de la mañana de hace dos días. Los cacos aprovecharon la ausencia de las dos familias que habitan las viviendas, situadas en la tercera planta del bloque, para actuar. Fue en ese momento cuando los delincuentes aprovecharon para retirar el bombín con un objeto para tal efecto, posiblemente un destornillador o un taladro. Lo hicieron, eso sí, después de confirmar que no había nadie en casa quitando la mirilla de ambas puertas.

La actuación de los ladrones no resultó todo lo provechosa que esperaban, puesto que sólo hallaron dinero y joyas en una de las dos viviendas. Los vecinos no se percataron de los hechos hasta que volvieron a sus casas, cuando comprobaron los daños y echaron en falta los objetos sustraídos.

Fuentes de la Policía Nacional confirmaron ayer que existe una investigación en marcha para aclarar "dos hechos ocurridos" en la zona de Montecerrao, pero declinaron hacer más valoraciones a la espera de que la labor de los agentes encargados de las pesquisas permitan avanzar la investigación y dar caza al posible autor o posibles autores.

Sobre la manera de proceder de los asaltantes, se sospecha que estos llevarían tiempo frecuentando el portal y siguiendo de cerca los movimientos de los vecinos. Esto explicaría que actuasen en dos pisos situados en el mismo rellano y justo en las horas en que ambas familias se ausentan. Asimismo, se da por hecho que retiraron la mirilla de ambas puertas para corroborar que no había nadie dentro de las casas en el momento del asalto y que tuvieron pocas dificultades para desmontar los bombines con unos simples destornilladores.

Mientras tanto, los habitantes de la zona andan con la mosca detrás de la oreja. "Te lleva a pensar que tú puedes ser el siguiente", señala un vecino que vive en un bloque cercano. No le extrañaría que se diesen nuevos casos similares. "En verano empezamos poco a poco y al final robaron en casi todos los barrios", sostiene un hombre que pide "condenas ejemplares" para acabar con los asaltos.