"El Rey me ha llegado a preguntar si no me estaré pasando al organizar tantas actividades a los galardonados. Yo creo que no. Exprimimos a los premiados con el 'Princesa de Asturias' llenándoles la agenda la semana de la ceremonia porque lo demanda la sociedad y porque a ellos les encanta". La directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, se desnudó ayer en sentido figurado ante el público. Lo hizo durante la ponencia "Más allá de los Premios" que organizó la Fundación 16 de 24 en la sala Circus de la calle Marqués de Santa Cruz con la intención de dejar al descubierto los entresijos de la organización de los máximos galardones de la región.

Sanjurjo se expuso ante un respetable mayoritariamente femenino en un escenario circular que no le dio respiro ni lugar para cobijarse. Es decir, al más puro estilo foro romano, pero con un micro de corbata a la altura de la boca para proyectar la voz. Supo hacerlo. Giró sobre sí misma lentamente y miró a algunos de los presentes mientras hacía énfasis en algún detalle o daba paso a vídeos sobre las últimas ediciones de los Premios "Princesa de Asturias". Allí había antiguos compañeros de trabajo, colegas actuales y representantes de la política, la empresa o la cultura asturiana. Por ejemplo, el arquitecto Alfonso Toribio, el concejal socialista Diego Valiño, la soprano Ana Nebot, o la promotora cultural Yolanda Lobo, entre otros.

La directora de la Fundación Princesa de Asturias sorprendió con un relato personal sobre sus inicios en el que confesó que se hizo un hueco a base de trabajo, esfuerzo y varias carambolas. "Logré crear demanda de mí misma en mis primeras prácticas para que me contrataran". Se licenció en Derecho e intentó sin éxito opositar a Abogacía del Estado. Cuatro años después y dándose cuenta de que "jamás iba a aprobar" hizo un máster en Administración y Dirección de Fundaciones y otras Entidades no Lucrativas que le llevó a hacer prácticas en la Confederación Española de Fundaciones. La contrataron y más tarde se convirtió en la directora técnica hasta que la entrevistaron para ofrecerle el cargo que ocupa desde hace nueve años en Asturias.

Recién llegada de Madrid tras asistir a la imposición del Toisón de Oro a la princesa Leonor en el Palacio Real, explicó pormenorizadamente los preparativos de la ceremonia de los Premios, la confección del dosier de los candidatos (suelen gestionar más de 300 cada año) o la difícil tarea de mantener en secreto la identidad de los posibles galardonados "para no crearles expectativas". Este año, en octubre, más.