"El autismo es un gran desconocido y la sociedad no está preparada para enfrentarse a él". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Txaru Prendes, madre de un niño afectado por Asperger, al que a los 6 años le denegaron la renovación del certificado de discapacidad, el salvoconducto para conseguir ayudas.

El síndrome de Asperger es un trastorno neurobiológico que altera el procesamiento de la información. Las personas con trastorno del espectro del autismo tienen un aspecto e inteligencia normal o incluso superior a la media pero, sin embargo, suelen presentar dificultades en las relaciones sociales o comunicativas en general. Txaru Prendes, que participó en la mesa redonda titulada "Síndrome de Asperger: los retos en el acceso a los derechos sociales y la obtención del certificado de discapacidad", dejó claro que ante todo es una madre que quiere lo mejor para su hijo. "A veces gana Luis, otras veces su autismo y en medio están los trámites burocráticos", señaló la madre. Su periplo es similar al de muchas familias de la Asociación Asperger de Asturias. "Si primero fue complicado lograr el certificado, después fue aún más frustrante ver cómo al niño le denegaban la renovación", aseguró. "Las prestaciones a las que tenemos derecho van condicionadas al certificado. Me hicieron sentir humillada y decepcionada", relató. El abogado Borja Álvarez puso el énfasis en la necesidad de establecer un concepto legal que defina a la persona con discapacidad. "De ese modo habrá criterios más claros para realizar valoraciones", señaló. "Debemos facilitar que todos seamos iguales. Tenemos que conseguir establecer un carné de discapacitado, de acuerdo a un baremo con porcentajes", añadió el letrado. Gema Trelles, psicóloga de la Asociación Asperger, recalcó las dificultades que atraviesan las familias para que les den el certificado de discapacidad. Fabiana Ginobili, presidenta de la asociación regional, destacó la vocación de ayuda de la entidad.