El delegado del Gobierno en Asturias, el popular Mariano Marín, aseguró ayer que la media del Ayuntamiento de Oviedo de exigir el traslado de los vehículos del circo instalado en el Nuevo Carlos Tartiere "no es perfecta", aunque reconoció que al menos "supone una mejoría" para dar cumplimiento a las condiciones de seguridad de cara al partido de liga del domingo a las cuatro de la tarde.

Para Marín el problema de seguridad planteado por la presencia del equipamiento en los aledaños del estadio "era muy importante", pues a su juicio, elementos como los vehículos y otras carpas y vallas, finalmente retiradas para la celebración del evento deportivo, amenazaba con provocar "un cuello de botella" en caso de evacuación.

El delegado del Gobierno reconoció que lo ideal es que no hubiera un circo en la zona, coincidiendo con el partido, pero se dio por satisfecho con el paso dado por el Consistorio el jueves tras alertar los representantes del gobierno central en la región de los riesgos que entrañaba la atípica situación.

Por su parte, el alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, defendió el traslado de los vehículos a La Florida, donde aseguró "existen calles muertas en las que los camiones pueden ser aparcados sin molestar" y subrayó el papel de la Policía Local a la hora de colaborar con la retirada de los mismos para evitar cualquier tipo de incidencia en el tráfico.

A este respecto, los empresarios del circo mostraron su disposición a realizar el traslado de los camiones y caravanas a La Florida esta misma madrugada. "Queremos colaborar en todo lo posible y molestar lo mínimo", señalaron los encargados del espectáculo infantil, cuya intención era comenzar los preparativos del traslado tras la última de las funciones de ayer, programada para las siete de la tarde.

Los empresarios sostienen que en el acuerdo firmado para obtener los permisos "había dudas" sobre qué medidas debían tomarse en la zona en caso de partido, pero no dudaron en cumplirlas "nada más que nos las concretaron el jueves". Sin embargo, el Ayuntamiento les conminó por escrito a retirar sus vehículos pesados, según figuraba en el acuerdo para la instalación, un aspecto que ni el circo tuvo en cuenta, ni el Ayuntamiento supervisó.