Valiosa victoria de un Real Oviedo que nunca estuvo cómodo sobre el césped de El Alcoraz en un partido muy mediatizado por las condiciones atmosféricas, con frío y muchísimo viento.

Decidió repetir Egea el mismo equipo que la semana pasada, en el Carlos Tartiere, derrotó al Nástic con Johannesson en el lateral y con Linares y Koné en la delantera.

Los azules parecen haber conseguido la solidez defensiva deseada por el técnico argentino y ya acumulan cuatro partidos con un solo gol encajado. A cambio parecen haber perdido algo del virtuosismo en ataque de principio de temporada.

Así en una primera mitad jugada con un fortísimo y molesto viento que provocaba inseguridad en los jugadores y que impidió cualquier tipo de combinación, los asturianos fueron superiores.

Tenían el partido controlado en defensa, sin grandes sufrimientos, y con poca continuidad en sus avances conseguían crear peligro cada cierto tiempo sobre la meta de Whalley.

Primero fue Linares el que remató en semifallo y ligeramente cruzado un centro lateral de Koné en el minuto once. El propio Linares remató contra el cuerpo del cancerbero local en el área pequeña un balón suelto que ya se cantaba como gol y a la media hora fue Koné el que se adelantó en el primer palo para rematar fuera por poco.

Sin embargo esta aparente tranquilidad se vio de nuevo alterada a balón parado. Un par de acciones peligrosas de la SD Huesca antes del descanso que llevaron el nerviosismo a la meta de Esteban.

Descanso y reparto de puntos en un partido sin brillantez en el que el Oviedo parecía estar más cerca de la victoria que los locales pero sin ningún tipo de brillo.

Todo cambió en la reanudación en la que el árbitro, De la Fuente Ramos, se convirtió en protagonista.

Antes el Real Oviedo decidió adelantar líneas en la presión y robó algún peligroso balón pero nunca consiguió ser dueño del partido y el partido parecía abocado al empate o a decidirse por pequeños detalles.

Mediada la segunda mitad entró en acción el colegiado. Primero expulsó a Íñigo López en una confusa acción en la que Esteban hizo más por lograr esa cartulina roja que el propio zaguero local.

Más tarde, Linares fue derribado en el área lo que pareció un claro penalti que no acertó a ver el árbitro.

Con uno más y con los cambios, el Oviedo encerró al Huesca en su campo pero sin ideas claras el partido parecía encaminado definitivamente hacia un empate que a punto estuvo de desnivelar Machís en una rápida contra.

Con el partido casi acabado, de nuevo, el colegiado se alzó como protagonista al señalizar como penalti un salto sin aparente peligro de Ros sobre Boja Valle y que fue muy protestado por los locales.

Transformado el penalti por Susaeta supuso tres nuevos puntos para un Oviedo que escala posiciones en la clasificación en busca de la zona alta y que tuvo tiempo en la prolongación para desaprovechar dos claras ocasiones de Toché y Valle para lograr un resultado incluso más amplio.

Próxima jornada, domingo 29, de nuevo fuero de casa frente al Córdoba CF.