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Rosado, punto de inflexión

El gol del ariete rojillo en 2001 ante la Real supuso el inicio del infierno para el Oviedo y la etapa más brillante para Osasuna

Onopko y Geni intentan rematar ante los defensas de Osasuna en el partido de 2001. LNE

A veces, una simple acción puede desencadenar una serie de acontecimientos inesperados. Como el efecto mariposa, un concepto de la teoría del caos que dice que "el aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo". La más mínima variación puede desencadenar un cambio en un sistema. En el caso de Osasuna y Oviedo el aleteo llegó con un gol de Iván Rosado. La historia reciente de los dos cambió a partir de ese momento.

Para el que aún no conozca la historia un breve resumen. Temporada 2000-01, última jornada en Primera. El Oviedo necesita sumar para salvarse del descenso si no quiere depender de otros resultados. La mala noticia es que visita al Mallorca, en posición de Liga de Campeones. Si no gana en la isla, los azules necesitan que Osasuna no gane a la Real en Anoeta. Otra mala noticia. Los donostiarras no querían chafar la fiesta del vecino.

A los 40 minutos de partido Iván Rosado bate al Alberto y pone el 0-1 en Anoeta. El impacto es doble: tres minutos antes Engonga había adelantado al Mallorca en una acción en la que fue expulsado Rabaribony. En Mallorca las cosas se complican y en San Sebastián solo hay bostezos. La Real confirma las sospechas y no inquieta le meta navarra. Los aficionados azules, muy enfadados, lo bautizan popularmente como el "contubernio vasco-navarro".

El Oviedo pierde en Mallorca (4-2), Osasuna gana en Anoeta (0-1) y los azules descienden a Segunda. Es el primer paso al abismo. Para Osasuna, en cambio, se abre un periodo brillante, igualando el más longevo de los rojillos en Primera.

Los azules compiten dos temporadas en Segunda antes del descenso a Tercera por impagos. El saldo desde aquel polémico final de la 2000/2001 es de 3 temporadas en Segunda (contando la actual), 8 en Segunda B y 4 en Tercera. Para Osasuna, la perspectiva es radicalmente distinta. Desde entonces ha disputado 13 temporadas en Primera y 2 en Segunda. Incluso en la 2005/06 igualó la mejor clasificación de la historia de los rojillos en Primera: cuarto puesto.

Pero la caída del Oviedo aquella temporada tiene otro punto de inflexión, también con Osasuna de protagonista. Y también con Iván Rosado en el papel de goleador. El 25 de febrero de 2001 los navarros visitaban el nuevo Tartiere como colistas, con 17 puntos. El Oviedo era por entonces 16º, con 27 puntos. Antic dispuso sobre el campo a Esteban; Keita, Gaspar, Danjou, Boris; Paunovic, Onopko, Tomic, Iván Ania; Geni y Oli. En la segunda mitad participarían también Raúl y Juan González.

El Oviedo apostaba fuerte en casa y al descanso gana 2-0, con goles de Oli y Tomic. Nadie esperaba lo que sucedió en la segunda mitad. Los tantos de Álex Fernández, dos, e Iván Rosado dan la vuelta al choque.

El golpe moral fue acusado en el caso carbayón, que encadenaba entonces la cuarta derrota consecutiva. Los de Antic solo fueron capaces de sumar 10 de los siguientes 33 puntos antes de enfrentarse al sprint final: Barcelona, Madrid y Mallorca. La victoria en el Camp Nou y el empate ante el Madrid (partido polémico el dirigido por Losantos Omar) no fue suficiente para llegar con holgura a la última jornada. Fue entonces cuando llegó el gol de Iván Rosado y el enfado azul ante el contubernio.

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