Nuevo pasito más del Real Oviedo en su lucha por meterse en los puestos de ascenso y en esta ocasión más largo de lo que nos había acostumbrado en los últimos partidos con sus cuatro últimos empates.

Los de Sergio Egea suman ya diez partidos sin conocer la derrota y se colocan terceros en una clasificación que se mantiene apretadísima en la parte alta.

El Real Oviedo volvió a repetir un partido que comienza a ser habitual en el Tartiere. Duelo igualado en el inicio de partido, gol inicial de los locales y a partir de ese momento dominio total de la situación disminuyendo, casi totalmente, la capacidad ofensiva de los rivales aún a costa de ser menos directo y ofensivo en su juego.

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Optó el técnico local por varios cambios en su alineación inicial.

Dani Bautista vio recompensado su buen hacer en los últimos partidos y jugó como lateral izquierdo permitiendo el descanso de un Peña que no se había perdido ningún minuto en toda la temporada hasta el momento.

Verdés volvió a ocupar posición en el centro de la defensa, y Rivera y Míchel formaron una novedosa pareja de mediocentros.

El nuevo fichaje aportó un salto de calidad al medio campo azul en un derroche no solo de cualidades técnicas sino también físicas siendo siempre bien acompañado por un Rivera que crece con el pase de los partidos,

El encuentro comenzó muy abierto. Las ocasiones se sucedían en las dos áreas. Cualquiera de los dos equipos pudo adelantarse en el marcador pero fue el Real Oviedo el que lo logró en el minuto 23 por medio de Toché que remató de forma impecable un medido centro de Susaeta desde la derecha.

Este tanto cambió completamente el curso del partido. El Oviedo se hizo con la posesión hilvanando posesiones de calidad a las que, sobre todo, Míchel daba continuidad saliendo de posiciones complicadas.

Todo el equipo se compactó en torno del balón haciendo sufrir al Tenerife que además perdía rápidamente la pelota por el trabajo conjunto de los locales que derrocharon fuerza sobre un césped pesado pero que aguantó mejor de lo esperado las incesantes lluvias de los últimos días.

El partido se dirigía al 1-0 final o a que los asturianos aumentaran la ventaja pero la expulsión de Verdés, en el minuto 81, dio un nuevo vuelco a la trama.

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A partir de entonces, el Tenerife asedió el área local ante un Oviedo que defendía muy atrás pero con orden a la espera de un pitido final que desbordó la alegría de la parroquia local.

Buena imagen del Tenerife que demostró ser un buen equipo pero no lo suficiente para batir a un Oviedo muy convincente en cuanto se puso por delante en el marcador y que ya se coloca tercero a un solo punto del ascenso directo.

Próxima jornada, viaje a Girona para enfrentarse a los catalanes, el domingo a las 17:00h.