A Borja Valle le fallan las matemáticas. Su evolución en Segunda ha sido una de las más destacadas del Oviedo, en realidad un síntoma más de su crecimiento desde que recaló en el club azul. Pero su contrato actual es exigente: necesita 30 partidos disputando al menos 45 minutos, un listón que matemáticamente ya es imposible de superar. "Parece que soy el pupas", dice con su habitual sonrisa cuando le toca analizar sus inoportunas lesiones. Pero su puesta en escena sigue siendo impactante. Tanto que varios equipos de Primera le siguen la pista. Valle agradece el interés pero tiene claro que el Oviedo sigue siendo el primero en su lista de prioridades. Influye la apuesta que se hizo por él en un mal momento.

La llegada de Valle al Oviedo sirvió para que el extremo cerrara uno de los capítulos más complicados de su carrera futbolística. El berciano había acabado en el Ourense, un club con enormes problemas económicos que acumulaba varios meses de deudas con sus futbolistas. Valle había destacado aunque no era considerado aún un futbolista de primer nivel, sino más bien un proyecto de atacante. En esas circunstancias, el Oviedo apostó por él y puso a su servicio un proyecto ambicioso con el que crecer hacia la élite. La progresión de los dos ha sido desde entonces meteórica y el berciano no olvida aquel gesto.

"A nivel personal es un halago que se interesen por ti otros equipos", contesta cuando se le menciona que algunos conjuntos de Primera tienen su nombre apuntado en la libreta. El Deportivo de la Coruña es el que tiene más interés en contar con él de cara a la temporada que viene. "Esas cosas son bonitas para el futbolista. Pero no me paro a pensar en eso. Sería un error y no es acorde con mi persona. Lo único que pienso es en el Oviedo, en hacer las cosas bien y en esta camiseta", añade antes de situar al club azul en el primer puesto en su orden de preferencias: "Es pronto para hablar de lo que sucederá la temporada que viene pero cuando me preguntan siempre digo lo mismo: lo primero que tengo que valorar es la apuesta que se hizo por mí cuando no tenía nada. Venía del Ourense, no cobraba y no salían las cosas bien. Carmelo Del Pozo, Joaquín Del Olmo y este club apostaron por mí, eso es lo que más valoro. Luego hay otras cosas, obviamente, que se hablarán y de detallarán pero aún es pronto para profundizar".

Regateado el asunto de su futuro a medio plazo con maestría, el berciano se presenta esta semana como una de las posibles novedades en el once de Egea de cara al choque ante el Valladolid. Valle fue una de las conclusiones positivas de la derrota en Mallorca. Regresó a los entrenamientos después de dos semanas de ausencia. Sobre el césped del Ibeorstar Estadio se le vio tan activo y peleón como siempre. Quizás con algo menos de chispa, un factor que se recupera con más minutos. "Me encontré bien, cómodo", relata. La parte negativa llegó con el desenlace del choque: "El resultado fue una pena pero el esfuerzo del equipo fue increíble, con eso nos quedamos. Salimos del campo con la cabeza alta".