En ocasiones, Fernando Hierro (Vélez-Málaga, 1968) usa el plural mayestático para referirse a sus ideas. "De todos los entrenadores hemos aprendido", "nos gustaría que el equipo jugara bien"? Quizás sea un reflejo de su etapa como jugador o puede que sea una fórmula meditada para reforzar la importancia del grupo. Del "nosotros". Hierro domina la escena. Sus años en el Madrid y la selección le han forjado una capacidad innata para tratar con todo aquello que rodea al balón. Se le ve cómodo a pesar de la avalancha de peticiones de entrevista que el club ha recibido. Tiene experiencia de sobra. Agradece la ayuda de la jefa de prensa para cuadrar milagrosamente la agenda y se pone manos a la obra con LA NUEVA ESPAÑA.

-Sabemos de su carácter, de su capacidad para liderar vestuarios y para resolver situaciones complicadas, pero desconocemos su propuesta futbolística. ¿Alguna idea?

-Me gusta que mi equipo juegue bien, que tenga futbolistas de calidad. Que la gente disfrute y se divierta. Además, defensivamente quiero un equipo solvente, que tácticamente sepa moverse. Y que compita, por supuesto. El concepto lo tenemos claro: soy más de mirar lo que tengo yo que lo que puede hacer el contrario. Hay que analizar al rival, pero me gusta centrarme en lo mío, en lo que yo puedo hacer. Quiero que mi equipo sea protagonista.

-¿Qué le parece la Segunda?

-Hay que entender la competición, su dificultad. Se marca un porcentaje muy alto de goles en estrategia y en transiciones. Trabajaremos en ello, pero lo que más interesa es pensar en qué puedo hacer yo.

-¿Construir una plantilla en torno a una idea o adaptar la idea a los jugadores?

-La primera intención de todo entrenador es hacer una plantilla a su gusto. Eso es lo ideal, lo que pasa que pocas veces consigues tener todos los futbolistas que te interesan. Entonces, el técnico debe ser inteligente y sacar rendimiento a lo que tiene. El truco está en tener una idea y después ir adaptándote. Ese equilibrio es la clave.

-Antic le pidió en LA NUEVA ESPAÑA que no fuera esclavo de un sistema?

-(Risas) He hablado con él, sí. Es una persona a la que tengo mucho cariño. Después de anunciarse mi fichaje hablamos y me insistía en esa idea: que atienda a las circunstancias de los jugadores, sus características. Hay momentos del partido que usas un dibujo y en otros, con los mismos futbolistas, cambias. Puedes cambiar el dibujo pero no las características del juego. Comparto lo que dice Radomir.

-Además de Antic, ha tenido maestros del máximo nivel como Capello, Del Bosque, Camacho, Ancelotti?

-Y Toshack, Beenhakker, Valdano, Floro, Arsenio Iglesias, Heynckes, Clemente? De todos he aprendido, de todos sacas detalles. Cuando acabé mi carrera deportiva, y tras formarme, pude ver esa experiencia con cierta perspectiva. Lo metí todo en la centrifugadora y de ahí sale un bagaje. Has de tener una idea de lo que quieres, tu concepto de fútbol, pero te acuerdas de detalles de esos entrenadores, de sus charlas, de cómo convivían con la presión?

-¿Cuál ha sido el mejor consejo que le han dado en su carrera profesional?

-Tranquilidad. De todo lo vivido en el fútbol me quedo con ese concepto: tranquilidad. Es una profesión en la que tienes que tener confianza en ti, en tu equipo, en la gente que te rodea, pero también tranquilidad. Mucha.

-Todo el mundo destaca de usted su carácter. ¿Se verá en los banquillos a un Hierro tan intenso?

-Es diferente. Cuando eres capitán significa que llevas mucho tiempo en un club y representas a un colectivo. El entrenador tiene otras circunstancias. Como jugador tuve mi carácter, pero a partir de ahí la cosa cambia. No creo que tenga el mismo talante como entrenador que como jugador.

-¿Y cómo será el Hierro entrenador?

-Soy dialogante, me gusta hablar y escuchar. Por mi carácter soy cercano. También soy exigente porque mi profesión me ha enseñado que hay que trabajar, que exigirse en el día a día. Cuando digo exigente no es una cuestión de mano dura, sino exigencia profesional. Tenía 19 años cuando me dijeron que no valía para el fútbol. Ahí si no te levantas y vuelves a trabajar no sales adelante. Creo que en mí mismo, me exijo y luego exijo a los demás.

-Muchos técnicos se han quejado en los últimos años de la ansiedad del Tartiere.

-Siempre que he jugado en el antiguo Tartiere o cuando he venido con la selección he notado que Oviedo es una ciudad futbolera. Con un club histórico y una afición que vive con pasión el día a día. Oviedo es así. Hay que saber de su sufrimiento, de sus últimos años. El movimiento popular ha permitido al proyecto estar donde está. Es un lujo entrenar a un equipo con 20.000 socios. Es buena la pasión y la ilusión pero hay que disfrutar.

-¿Ya le han informado de los problemas de vestuario de la temporada?

-Estamos en la fase de recopilar toda la información, saber qué ha sucedido y después sacaremos nuestras conclusiones. Durante una fase de la temporada, el Oviedo hizo un gran fútbol y estuvo en zona de play-off. Si viniendo de Segunda B te dicen que vas a acabar noveno hubieras disfrutado.

-El desencanto se produjo por cómo se dieron las cosas.

-Sí, claro, las circunstancias de las cosas influyen. El equipo tuvo un gran rendimiento durante 30 y pico jornadas. Ahora estamos analizado qué sucedió. Estoy muy bien asesorado. Pero soy más de construir que de destruir. De sumar.

-¿Tiene claro qué jugadores le interesan de la primera plantilla?

-Estamos en ello. A Joaquín (Del Olmo) le dije que sin prisa pero sin pausa. No debemos correr pero tenemos que andar todos los días. El día 11 quiero llegar con casi todo hecho.

-¿Habrá muchos cambios?

-No tiene por qué haber muchos cambios. Estamos analizando la situación.

-¿Ha hablado ya con Esteban y Cervero?

-No, aún no. Tengo una reunión pendiente con ellos. Tenemos que hablar y escucharles. Son gente de aquí, de la cantera, casos especiales. Hay que tomar decisiones desde el respeto y el cariño.

-En su presentación alabó a Casillas en su papel de capitán en segundo plano. ¿Es aplicable a Esteban?

-Hablaba de Iker, no era ningún mensaje más allá. Yo he pasado por la etapa en la que tienes 30 y pico años y sabes que se termina. Tienes responsabilidades. Un entrenador toma una decisión y es capaz de alabar al que no ha sido protagonista. Me refería a ese caso concreto.

-¿Cuántos futbolistas quiere en la primera plantilla?

-Prefiero que la plantilla no sea muy amplia: veinte o veintiún jugadores y tirar de la cantera. Hay que darles una ilusión a los chavales de la casa, despertarles una motivación. Que vean que el primer equipo está cerca. Está ahí pero gánatelo. Así ha sido siempre este club. Me acuerdo cuando salieron César, Luis Manuel, Armando? El Requexón es tu seña de identidad y no puedes perderlo. Tienes que potenciarlo siempre que tengas material, claro.

-Y ese trabajo en El Requexón necesita cambios u opta por la continuidad.

-Yo soy entrenador del primer equipo pero estaré siempre pendiente del trabajo de la cantera. Si tengo la posibilidad de ver al filial y a los juveniles iré. Es algo que me gusta. Tengo pasión, yo fui joven y me dieron una oportunidad en su momento. Es muy importante que el último tramo de las categorías inferiores vean cercanía y cariño. José Antonio Camacho siempre decía que el canterano tiene que derribar la puerta para jugar en el primer equipo. Pero si la puerta es acorazada, ¿cómo la tiras?