Cada vez queda más lejos aquella fría noche en Anduva, el pasado 13 de diciembre, en la que la inspiración de Toché y la fe del equipo entrenado por Sergio Egea le sirvió al Oviedo para sumar tres puntos y encaramarse a la zona alta de la tabla. El Oviedo, un recién ascendido, estaba dando que hablar en su regreso al fútbol profesional. Pero aquellas perspectivas óptimas se acabaron, en su versión forastera, en aquel césped de Anduva. Desde entonces, el Oviedo no ha vuelto a ganar fuera de casa. Han pasado 15 partidos de competición oficial desde esa noche sin que los azules hayan regresado a casa con tres puntos en el bolsillo. En Getafe, ante un equipo en problemas, los de Hierro quieren que la mala dinámica no emprenda el camino de vuelta.

"Yo siempre he defendido que las estadísticas están para romperse", aseguró Hierro esta semana en su intervención ante los medios de comunicación. El entrenador es consciente de los datos pero prefiere no darles mayor importancia. Su saldo como visitante hasta la fecha es de dos derrotas (la de la primera jornada ante el Valladolid, 1-0, y la de Copa frente al UCAM, 4-3 en la prórroga) y de un empate, el cosechado sin goles en Mallorca.

Estos números se suman a la mala dinámica a domicilio de la temporada pasada. Tras el encuentro de Anduva, los azules sumaron seis empates (1-1 en Leganés, 0-0 ante Osasuna, 2-2 en Lugo, 2-2 frente al Albacete, 1-1 contra el Girona y 0-0 ante el Nàstic) y seis derrotas (1-0 en Mallorca, 1-0 ante el Alcorcón, 2-1 contra el Bilbao Athletic, 2-0 frente al Llagostera, 3-1 en Almería y 1-0 en Zaragoza).

La idea del Oviedo para construir un proyecto ganador pasa por sumar de forma habitual en el Carlos Tartiere pero un equipo que quiere aspirar a cotas más altas tiene la obligación de tener regularidad fuera de casa, aunque en Segunda División ganar a domicilio es una tarea más que difícil. En las cuatro primeras jornadas de Liga solo se registraron dos victorias fuera de casa, ambas en la primera jornada: la del Reus (0-1) en Mallorca y la del Levante (0-1) en Los Pajaritos de Soria.

La situación es parecida en el bando local, aunque en ese caso el maleficio se centra en el Coliseum Alfonso Pérez. Los azulones llevan ocho meses sin cosechar un triunfo ante su gente. El último partido ganado fue el 17 de enero, cuando derrotaron al Espanyol por 3-1. Desde entonces, el equipo madrileño ha jugado diez partidos en su estadio, con seis empates y cuatro derrotas.