El día que Juan Luis Mora (Aranjuez, 1973) fichó por el Oviedo, con apenas 19 años, pasó de jugar en Segunda B con el Aranjuez a disputar un triangular en el Carlos Tartiere con el conjunto azul, el Barcelona y el Milán. Era el año 1993 y entonces se mantenía en verano el Trofeo Ciudad de Oviedo, entonces con pedigrí. A Mora, no obstante, le daba igual que fuera amistoso que no. Barça y Milán impresionaban igual.

-El Milan fue mi primer partido con el Oviedo. Era la primera vez que salía de mi casa y de repente me vi ahí, contra gente que veía por la tele. Fue tremendo. Ganamos 3-2, por cierto.

Aquello pasó, Mora debutó un tiempo después en Primera de la mano de Radomir Antic y cogió carrerilla. Jugó 132 partidos durante seis temporadas de azul hasta que emigró al Espanyol. Hoy cumple su quinta temporada en la secretaría técnica del Levante, rival hoy del Oviedo, un lugar con seis personas encabezadas por Vicente Blanco Tito y Carmelo del Pozo, ex del Oviedo. Mora se dedica básicamente a ver partidos. Hoy seguirá el Numancia-Valladolid, pero tendrá un oído en Oviedo. De aquí es su mujer y por aquí viene a menudo, varias veces al año.

-La familia tira mucho.

-Y el corazón. En Oviedo me siento muy a gusto. Me encanta estar allí. Pasé años maravillosos.

-¿Con qué recuerdo se queda de su etapa de azul?

-Con mi debut en Primera. 2-0 al Athletic de Bilbao en aquel Carlos Tartiere. El viejo. Tenía mucho encanto. La gente se volcaba. Apretaba. Se sentía.

-Le tocó la etapa buena: el Oviedo en Primera.

-Fue un periodo de mucho aprendizaje para mí. Pasé del fútbol amateur, como quien dice, al profesional. Pasé a jugar con gente que veía por la tele. Para mí aquello era la leche. Tenía compañeros que eran estrellas.

-¿De quién se acuerda?

-Carlos era un delantero de época. Jankovic, Jerkan, Luis Manuel, Armando... Vinieron después Jokanovic, Prosinecki, Dubovsky. Había mucho. Es que miras atrás y es increíble. El Oviedo es un equipo grande. Con mucha solera.

-Se fue en 1999, años antes del descenso a Tercera. ¿Cómo vivió la peor etapa del club?

-Con mucha pena. Siempre estuve en contacto con gente a ver qué pasaba, muy pendiente. La vida te separa, pero del Oviedo es imposible separarte. Es un club que engancha y los que hemos pasado por allí llevamos al club en el corazón. Es imposible no tenerle aprecio.

-El club tocó fondo.

-Parecía mentira. Parecía una mala pesadilla. Conmigo, club y afición se portaron de maravilla.

-Pero se salió. La afición remó y Carso fue la guinda.

-El Levante, como el Oviedo, tuvo una situación parecida. Llegó a estar al borde del abismo. Y consiguió tirar hacia arriba. Aguantando, sufriendo. Ahora falta un paso. Pero llegar a Primera cuesta mucho, aunque no lo parezca. La Segunda es complicadísima.

-Hay mucha igualdad.

-Y los equipos están hechos para ir hacia arriba. Este año hay muchos de capital de provincia, que han estado en Primera. Es una liga larga, competitiva. La clave es llegar bien al último tramo. Es vital. Y ahí si no ha habido rotación o no tienes plantilla amplia corres peligro.

-¿Este Levante es tan superior como parece?

-Es un equipo serio, ordenado y que sabe a lo que juega. Recibe pocos goles y rentabiliza los que marca. Eso es la Segunda. Eso y la pizca de suerte. El equipo más sólido defensivamente es el que va a estar arriba.

-¿Tener tanta ventaja puede destensar a la plantilla?

-Hay una plantilla que conoce la categoría. Muñiz la conoce. Y sabe que en dos o tres partidos estás abajo otra vez.

-¿Cómo se imagina el partido de esta tarde en el Tartiere?

-Muy complicado. Nosotros saldremos como siempre, pero el Oviedo viene de un resultado adverso que le ha hecho levantar las orejas y decir ¡ufff! que esto es muy complicado.

-¿Cómo ve al Oviedo?

-Ha logrado solidez atrás y rentabiliza sus goles. En su estadio es muy complicado. El Tartiere empuja mucho. Se merece estar en Primera. Ojalá Oviedo y Levante lo estén el año que viene.

-Trabaja en el equipo con Carmelo del Pozo. Su salida del Oviedo fue polémica.

-Él siempre me ha hablado bien del Oviedo.