A Jaime Arias le ha tocado cambiar el lado desde el que vive el fútbol demasiado pronto. Tiene 17 años y ya sabe que su lugar en el campo está en el banquillo, donde se toman las decisiones y se preparan las estrategias. Una extraña lesión que le producía dolores en una rodilla, la enfermedad de Osgood-Schlatter, le ha obligado a dejar de jugar pero no ha conseguido que abandone el fútbol y mucho menos que deje su club, el Oviedo. "El año pasado me operaron y después de la operación las molestias continuaban y tuve que dejar de jugar", dice el ahora segundo entrenador del alevín B del Oviedo.

Esta lesión poco común consiste en el crecimiento de una protuberancia en la parte superior de la tibia, debajo de la rodilla. Esa espina que crece donde no debe es la que causa el dolor, sobre todo cuando se realiza ejercicio físico de forma intensiva. A Jaime le operaron para retirársela con la esperanza de que pudiera continuar con su trayectoria futbolística pero le volvió a crecer, obligándole a abandonar los terrenos de juego.

Jaime Arias llegó al club azul en el segundo año de benjamín y su retirada se produjo en el primero de juvenil. Atrás quedan los dolores de rodilla y por delante una nueva ilusión en la que es su casa. Uno de los que le animó a seguir ligado al fútbol y al Oviedo como entrenador fue Roberto Robles, responsable del fútbol formativo del club azul: "Quería que no dejara el fútbol, que siguiera enganchado, ahora está sacándose el título de entrenador. Además, es una de las personas que más tiempo lleva en el club y quería que siguiera aportando cosas al Oviedo y a sus canteranos", añade.

"Para mí el fútbol es una cosa importante, ya tengo el nivel 1 de entrenador y este año estoy aprendiendo mucho junto a Nacho del Busto en el alevín B. Además de entrenador del equipo, Nacho es el coordinador de los equipos de pista del Oviedo", explica Arias. El joven entrenador es una persona pausado, muy consciente de que ahora debe tomarse las cosas con tranquilidad y dar pasos cortos: "Voy con calma, aportando lo que puedo a los niños". Al mismo tiempo que se forma como entrenador cursa los estudios de Segundo de Bachillerato.

Para Roberto Robles, Jaime Arias puede hacer cosas interesantes en esta nueva faceta en la que acaba de iniciarse y también puede aportar muchos valores a los canteranos del Oviedo: "Es una persona muy noble, muy trabajadora y muy educada; estoy convencido de que va a ser un gran entrenador". Pero, además, Robles sabe que puede aportar otras cosas a los pequeños que pasen por sus manos, por sus valores personales y por el conocimiento que tiene de un club en el que le han visto crecer y que lleva muy dentro: "Ha sido un canterano como los que hay ahora en el Oviedo entrenando en Tensi. Ellos se pueden ver reflejados en él".