"Sabemos que los partidos en las islas no son fáciles. Cambio de temperatura, humedad, calor. Lo he podido sentir como jugador". La frase es de Fernando Hierro y habla con conocimiento de causa: en su dilatada etapa como jugador, títulos y más títulos de testigo, no sólo perdió dos ligas con el Madrid en Tenerife sino que ganó menos de la mitad de los partidos que jugó de blanco en el Heliodoro Rodríguez López: cinco de once. Tenerife, la isla maldita del entrenador azul.

Aquellos dos campeonatos perdidos por el Madrid (1991-1992 y 1992-1993) forman ya parte de la historia futbolera. Fueron dos finales de Liga trepidantes, inesperados y emocionantes. Noventa minutos de infarto que dieron la vuelta a la Liga. El Madrid llegó los dos años seguidos líder a Tenerife, la última jornada y con todo a favor, y salió de la isla las dos veces con derrota, de vacío y con el título en Barcelona.

El primer partido (3-2), junio de 1992, el Madrid de Leo Beenhakker llegaba con un punto de ventaja. El Tenerife de Valdano no se jugaba nada. Hierro anotó el primero para los blancos. Hagi el segundo. Un 0-2 que parecía definitivo. Pero no. El Tenerife le dio la vuelta al partido ante el asombro general. Goles de Estebaranz, Rocha en propia y el mítico de Pier tras una cesión de Sanchís a Buyo que se recordará por los siglos de los siglos.

El segundo partido fue un año después. Todo llegaba más o menos igual. El Madrid líder con un punto de ventaja. Partido malo y derrota (2-0). Goles de Dertycia y Chano y título para Barcelona. Aquí aparece, no obstante, una anécdota que reveló hace poco en una cadena nacional Manolo Sanchís, uno de los integrantes de aquel Madrid de Benito Floro, que había recalado en el banquillo de Chamartín para hacer borrón y cuenta nueva.

Resulta que, por superstición, para que no se repitiera en Tenerife lo del campeonato anterior, el Madrid, presidido entonces por Ramón Mendoza, decidió viajar a la isla en vuelo charter en vez de en vuelo regular. El conjunto blanco alquiló dos aviones charters. En uno de ellos, en el que iba la mayoría de la plantilla blanca, hubo un problema al poco de despegar y la temperatura en el avión subió hasta los 60 grados. Estuvo así media hora, el tiempo en que la nave soltó el combustible suficiente para poder aterrizar de nuevo en Barajas. Era inviable tirar así hasta Canarias. Los futbolistas del Madrid pasaron el trago achicharrados y la mayoría, salvo Buyo, se quitó parte de la ropa en el propio avión, según la versión de Sanchís. Cuenta el exfutbolista blanco que Mendoza le pidió el avión de Banesto a Mario Conde para poder llegar a la isla. Y el Madrid pudo llegar, pero a las doce y media de la noche -17 horas antes del inicio del duelo- y tras una odisea de 14 horas. Hubo jugadores que perdieron entre tres y cinco kilos. "Lo único que deseaba era que se acabase el partido, no tenía ni ganas ni fuerza para hacer más", explicó Sanchís. Después del tormentoso viaje, el Madrid perdió ese día de junio de 1993 su segunda liga en Tenerife.

Hierro fue siempre titular con el Madrid en el Heliodoro. Su último partido fue en 2001, con victoria blanca (0-2). El malagueño, veterano y de vuelta en el fútbol, se batió con un joven mediocentro del Tenerife que estaba empezando. Se llamaba José Luis Martí. Uno y otro se volvieron a ver meses después en el Bernabéu (4-1). Hoy volverán a hacerlo, pero en los banquillos.

La historia de Hierro con Tenerife no sólo se ciñe al Madrid. Su hermano Manolo jugó en el Tenerife y también el propio Fernando lo hizo como local, pero con la selección española. El técnico azul jugó con España tres veces en Tenerife. Dos amistosos, ante Suiza en 1989 (2-1) y frente a Polonia en 1994 (1-1). Y uno oficial: el 4-1 ante Eslovaquia, gol incluido, en 1996. El técnico vuelve hoy a una isla que le robó dos ligas, pero que hoy le puede empezar a recompensar.