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El "efecto Falcón" alza al Toledo

El exjugador del Oviedo suma tres victorias en cuatro choques desde que se hizo cargo del banquillo del conjunto verdiblanco - "Quiero salvar al equipo y volver a lo mío: ser segundo entrenador y seguir dirigiendo a los benjamines", dice el técnico

Falcón, en un choque de Copa ante el Eibar. IRMA COLLÍN

Miguel Falcón fue de los que, en la recta final de su carrera, empezó a fraguarse su futuro. Siempre cerca del balón, por supuesto. Por eso, mientras jugaba en el Oviedo (temporadas 2010/11 y 2011/12) empezó a sacarse el carnet de entrenador. Iba a aquellas clases junto a Juanma y César Negredo. El primero sigue jugando en el Fuenlabrada y a los otros dos asistentes las cosas en los banquillos no les van nada mal. Negredo dirige al Recreativo de Huelva de forma provisional con opciones de quedarse hasta junio y Falcón asumió en enero el mando como primer entrenador del Toledo, equipo de su tierra. Aquel pivote flaco, con zancada larga y al que las lesiones le impidieron brillar en Oviedo trata de salvar al Toledo del descenso a Tercera.

"La labor es muy diferente a lo que estaba acostumbrado", señala Falcón al otro lado del teléfono. A lo que estaba acostumbrado era al rol de segundo entrenador. A su intermitente etapa en Oviedo le siguió el regreso al Toledo, para ascender con su equipo a Segunda B. Consumado el éxito, a Falcón le llegó una noticia que no esperaba. "Me dijeron que no contaban conmigo en la plantilla. Fue una decepción en aquel momento porque quería seguir jugando", cuenta. Pero se le abrió una puerta interesante: le ofrecieron entrar como segundo técnico al lado de Idiákez. "No me lo pensé. Siempre tuve claro que quería seguir ligado al fútbol, lo único que tuve que acortar los plazos", explica.

Ahí empezó su segunda parte en el mundo del fútbol. Al lado de Idiákez, Visnjic y Onésimo experimentó una visión diferente. Hasta que en diciembre, los acontecimientos le empujaron al primer plano. Destituido Onésimo, no se completó la opción de Soriano y a Falcón le ofrecieron el banquillo. El 24 de enero asumió el reto, con el equipo en posición de descenso (17.º), a tres puntos de la salvación. Después de cuatro jornadas, Falcón colecciona tres victorias y una derrota y el Toledo respira fuera de la zona de peligro, con un colchón de 4 sobre el descenso directo y un partido menos. "Cuando asumí el cargo les dije a los futbolistas que todo dependería de ellos. Les conozco a todos perfectamente y no voy a cambiar mi forma de ser porque haya mutado mi rol", relata.

En plena vorágine de la competición, a Falcón apenas le da tiempo para pensar qué sucederá en junio. "Ahora mismo lo que quiero es salvar al equipo, después ya veremos. Pero mi idea es volver a donde estaba: seguir como segundo técnico y entrenando a los benjamines", comenta decidido.

Entre benjamines y primer equipo, la agenda de Falcón está repleta, pero siempre encuentra un hueco para seguir al Oviedo. "Anquela ha logrado sacar rendimiento a partir de la defensa con tres centrales. El Oviedo tiene un buen equipo, le he visto varios partidos. Disfruté mucho en el derbi, con ese ambiente increíble y una victoria merecida. Cuando marcó el Sporting dije: 'este partido no lo pierde el Oviedo'", recuerda. "La gente se merece disfrutar de ese equipo; no lo digo por quedar bien: Lo merece", culmina el entrenador.

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