Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

Pola de Siero pretende convertirse en uno de los puentes de comunicación entre Asturias y los pueblos indígenas del mundo, especialmente los de Sudamérica. El Alcuentru de Sensibilización Sur-Norte se celebró el pasado fin de semana, con la participación de numerosos representantes de las sociedades indígenas de Sudamérica, concretamente de Ecuador, Bolivia, Colombia y Venezuela.

La idea de este encuentro fue partir de acciones particulares, modestas incluso, para buscar objetivos más ambiciosos. Una de las acciones que se ha propuesto llevar a cabo es elevar al Pleno del Ayuntamiento de Siero una moción para que éste, a su vez, la eleve al Parlamento regional y que, posteriormente, pueda llegar al Congreso.

El propósito de esta moción no es otro que hacer que España cumpla, en la práctica, los compromisos que ha fijado sobre el papel relativos a la población indígena. Dichos compromisos son el Convenio 169 de la OIT, que España ha aprobado recientemente, y la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Estos dos textos tienen una aplicación práctica que los participantes en el encuentro de Pola de Siero quieren que se haga cumplir. En buena medida, se trata de que la cooperación que parta de Asturias y de España recoja los postulados de las declaraciones, para favorecer una mejora en las condiciones de vida de los pueblos indígenas.

Otras medidas que se han propuesto son articular una estrategia asturiana de cooperación con los pueblos indígenas; acoger a defensores de los derechos de estos pueblos en el programa asturiano de derechos humanos; crear una plataforma de ONG por los derechos de los pueblos indígenas; establecer un observatorio de los derechos de estos pueblos; enviar cartas a los medios de comunicación; crear una guía sobre el tratamiento no discriminatorio de los pueblos indígenas; y elaborar un informe sobre multinacionales españolas y cooperación en Latinoamérica.

También se puso sobre la mesa la posibilidad de establecer denuncias contra el Estado español en caso de comprobarse que se incumple el Convenio 169 de la OIT, y organizar un juicio popular, un tribunal permanente de los pueblos, sobre estrategias para casos de violaciones a los derechos de los pueblos indígenas.

Los organizadores del encuentro son conscientes de que se trata de un problema de hondo calado, que conlleva numerosos intereses empresariales y de todo tipo y que requiere un empuje muy fuerte.

Las propuestas lanzadas desde Siero son muy ambiciosas, y, como manifestó uno de los organizadores del encuentro, Javier Arjona, «desde Siero se asumen tareas que tendrán o no repercusión internacional»; el caso es dar el impulso y tratar de que se cumplan.

La actuación de un grupo de percusión de los niños gitanos de la sierra de Granada en el acto de clausura del encuentro se quiso ver como un puente tendido entre las culturas indígenas a ambos lados del Atlántico.

Curiosamente, en algunos países de Sudamérica hubo asentamientos de gitanos durante la colonización española. Estos pueblos, una vez establecidos en el continente americano, pasaron a comportarse organizativamente como pueblos indígenas y así se les considera.