Vivimos una época de decadencia. Sólo se habla de la crisis. Sin embargo, yo me siento positiva ¡Como lo oyen! Por eso, voy a decir algo para alegrar las crispadas caras de Gobierno y oposición y darles pistas para que cambien las estrategias. Señores Zapatero y Rajoy, la convivencia mejora. Habrá crisis económica, pero vivir en pareja, experimentar la intimidad, adquiere logros respecto a la legislatura anterior. Menos dinero para gastar. Pero más tiempo para compartir. Ahora bien, como somos humanos y la perfección no existe, quedan al descubierto carencias de las anteriores relaciones íntimas. Y, como a ellas y ellos les gusta jugar y disfrutar, solicitan ayudas para mejorar la intimidad, tanto en la propia relación como en lo erótico.

¡Como lo oyen, señores políticos! Y es que a pesar de la caída generalizada del consumo, como consecuencia de la coyuntura económica, la venta de productos eróticos va en aumento. Señor Zapatero, ahí tiene una buena estrategia. Poco dinero, pero mucho... ya me entiende. Dígale a toda la población que el mercado de lo erótico vende al alza. Según una asesora de estos artilugios, «las parejas pasan más tiempo en casa y buscan nuevas experiencias y sensaciones para divertirse. Resulta más rentable adquirir uno de estos productos que salir a cenar, de copas o ir al cine». ¡Muy fuerte! Y ambos están más contentos. Y rinden más en todos los aspectos. También en el trabajo -los que lo tienen, ¡claro!-. Además, a ustedes, caballeros, les van a solucionar un incómodo problemilla. Lo dicen los urólogos: aumentan los casos de disfunción eréctil ¡Lo siento! Según estos especialistas, las causas son debidas a que las situaciones de ansiedad, que repuntan en épocas de crisis, como la que vivimos, son muy pero que muy perjudiciales para el debilucho aparato genital masculino.

Por eso, señores gobernantes, ¿no les parece que se impone un cambio global de mentalidad? ¿Y si utilizaran la energía que malgastan con los insultos y contradicciones en buscar alternativas que beneficien al pueblo como a ustedes y a sus allegados? ¿Que sus cerebritos no pueden asimilar un cambio tan brusco? Pues, jueguen... sientan... experimenten nuevas sensaciones... hagan uso de la imaginación... buaff..., sanamente, ¡por supuesto! ¿Y por que no utilizan estos artefactos? Seguro que les alegran el corazón. Y mejoran sus ideas. Miren por dónde, tengo la extraña sensación de que estos artilugios, usados con cordura, nos pueden sacar de la famosa crisis.