Barcelona / Madrid / Oviedo, P. ÁLVAREZ / Agencias

El Rey Juan Carlos fue operado en la mañana de ayer de un tumor detectado en su pulmón derecho. Aunque la noticia saltó con estrépito a primera hora de la mañana, unas horas después los médicos redujeron el nivel de alarma al anunciar que, según los análisis efectuados, no había rastro de células cancerígenas.

La extirpación de un nódulo fue realizada en el Hospital Clínico de Barcelona, donde el Monarca permanecía anoche ingresado y evolucionando favorablemente, según el último parte médico difundido ayer. Incluso pudo hablar telefónicamente -«con buen humor y cordialidad»- con el Príncipe de Asturias, quien se hallaba en Costa Rica para asistir a la ceremonia de investidura presidencial de Laura Chinchilla.

La intervención duró más de dos horas. Al término de la misma el doctor Laureano Molins López-Rodó, máximo responsable del equipo que la llevó a cabo, declaró en conferencia de prensa que don Juan Carlos se encontraba bien. El cirujano pronosticó que dentro de tres o cuatro días el Rey podrá recibir el alta médica. Entre tanto, la actividad «no física», de despacho, podrá recobrarla dentro de unos quince días, ya que su función -bromeó Molins- reclama menos exigencia física que si fuera «un cargador de muelles».

«Se destierra la palabra cáncer», enfatizó Molins, quien detalló que la operación, con anestesia total, consistió en una «pequeña toracotomía» para extirpar «en cuña» un nódulo de unos 17-19 milímetros. Según el parte médico firmado por el cirujano catalán y por el director de los servicios médicos de la Casa Real, Avelino Barros, a las ocho de la tarde de ayer don Juan Carlos presentaba «una evolución general y cardiorrespiratoria favorable».

La Reina Sofía llegó al hospital a media mañana de ayer. Tras la operación, destacó -con visible satisfacción- que el Monarca tiene «una salud impresionante». La Reina se confesó «feliz» por el éxito de la operación y admitió que había estado «preocupada» por el nódulo, que, según corroboró, es benigno. También visitó al Rey la Infanta Elena, quien llegó al centro sanitario poco después de las seis de la tarde.

Al cierre de esta edición don Juan Carlos permanecía en una unidad de cuidados intermedios a la espera de poder pasar a planta. El doctor Molins le auguró un posoperatorio «más llevadero» que si hubiera tenido que someterse a radioterapia o a sesiones de quimioterapia.

Según informó la Casa Real, la intervención se acordó el pasado 28 de abril, después de que el Monarca se sometiera al chequeo médico anual en la clínica Planas de Barcelona. En la revisión surgió un «hallazgo casual»: una serie de «cambios morfológicos» en una calcificación localizada en el pulmón derecho, ya detectada en estudios de años anteriores.

Se le realizaron nuevas pruebas, y se comprobó que el nódulo estaba en fase de crecimiento y que, además, se observaba captación de glucosa. En consecuencia, se optó por extirparlo para su análisis anatómico-patológico debido a su localización, a los antecedentes de tabaquismo del Rey y a que el tumor no existía el año pasado. De acuerdo con el Monarca, se decidió que la operación, «sin prisas pero sin pausas», se practicaría en el Hospital Clínico de Barcelona -un centro sanitario público- por recomendación de sus médicos de confianza.

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