Oviedo, E. BOBO

Ciento veinticinco niños residentes en centros de acogida del Principado están «buscando abrazos». Es una manera de decir que esperan familias de acogida, según expuso ayer la consejera de Bienestar Social, Pilar Rodríguez. Ante esta situación la Consejería, junto con la Fundación Meniños y Cajastur, ha puesto en marcha una campaña de acogimiento de menores con ciertas peculiaridades que hacen difícil su adopción en el sistema nacional. Se trata de niños con más de 8 años de edad, con algún tipo de discapacidad, con alguna enfermedad o que pertenezcan a alguna raza o etnia minoritaria. A día de hoy, 35 niños de estas características están viviendo ya en 25 familias asturianas, según la Consejera, gracias a un programa que lleva funcionando desde el año 2000.

Desde la Fundación, Elvira Álvarez especifica que se trata de niños «que no tienen previsión de retorno con su familia biológica», por lo que se busca la mayor estabilidad posible para los pequeños. La posibilidad de adopción está abierta a todo tipo de familias «dentro de la legalidad actual de la sociedad», aclaró la Consejera. Estas familias han de contar con un certificado de idoneidad, pero «no se trata de un examen», matizó Álvarez, «sino de un conocimiento mutuo».

Además de estos 125 niños con características especiales, en Asturias existen más de 400 niños esperando a ser acogidos y de ellos 50 bebés que podrían ser adoptados en el sistema nacional, explicó Eva Sánchez, directora del Instituto de la Infancia. El deseo de la Consejera es que esos niños «no crezcan en los centros de acogida».