Oviedo, E. F.-P. / P. Á.

Los investigadores más jóvenes, aquellos que se hallan en una situación más precaria, son los más expuestos a sufrir los rigores derivados del recorte presupuestario del Ministerio de Ciencia e Investigación. Una primera estimación apunta que alrededor de una decena de científicos que están realizando en Asturias su tesis doctoral con una beca financiada por la Administración central puede ver comprometido el futuro de su trabajo.

Éste es, al menos, el cálculo inicial de David Luque, uno de los responsables del colectivo Jóvenes Investigadores del Principado de Asturias (JIPA), quien explica que la reducción de recursos no se traduce en una disminución de la cuantía de las becas (que se mantiene), sino en un recorte del número de ayudas. Luque no ve novedad alguna en que los gobiernos de España, de un signo político o de otro, «hablen mucho de la importancia del I+D, pero, a la hora de emprender recortes, empiecen por ese capítulo».

Santiago García Granda, vicerrector de Investigación de la Universidad de Oviedo, teme que los contratos que los grupos de investigación mantienen con las empresas se vean afectados por la recesión económica. Asimismo, advierte de que tampoco corren buenos tiempos para quienes aspiran a una beca de reincorporación a la Universidad, como las «Ramón y Cajal».

Sin embargo, el vicerrector rompe una lanza en favor del Gobierno de Asturias. «El Principado está haciendo un esfuerzo muy importante y eso va a mitigar las consecuencias del descenso de dinero del Estado».