Madrid, E. G., Agencias

El Pacto por la Educación está en el aire. En vísperas de la presentación hoy en Madrid del documento definitivo por parte del ministro de Educación, Ángel Gabilondo, la jornada de ayer, lluviosa en lo climatológico, fue también de chaparrón continuo en lo político. El PP, principal partido de la oposición, puso las cartas sobre la mesa. El problema tiene que ver con cuestiones de fondo sobre la libertad de enseñanza y elección de centro, la garantía de la educación en castellano y un currículum básico común en Historia, Geografía y Lengua y Literatura que vertebre el sistema educativo.

Son reclamaciones que ha venido manteniendo desde hace tres meses y que el PP considera «imprescindibles». Otros partidos, el PNV, Ezquerra Republicana y los nacionalistas gallegos observan «carencias» y ven la cita de hoy con «escepticismo».

A esa cita en Madrid acudirá, entre otros, el consejero asturiano de Educación, José Luis Iglesias Riopedre, que seguramente recibirá felicitaciones por los buenos resultados asturianos en la prueba de Evaluación Diagnóstica del Ministerio.

El texto del pacto será ahora estudiado por todas las fuerzas políticas. Gabilondo ha pedido capacidad de cesión. En palabras del ministro se trata de «identificar cuáles son los compromisos específicos de cada agente para llevar a cabo este proyecto y lograr el máximo consenso entre las partes».

Es un llamamiento general, pero con la vista puesta en el PP cuyo portavoz en el Congreso, Juan Antonio Gómez Trinidad, no sembraba precisamente optimismo con sus palabras: «Nos aleja más lo que no aparece en el borrador que lo que aparece».

La alternativa menor al Pacto de Educación sería un acuerdo de medidas de mejoras del sector. Buenas en sí mismas, pero una decepción para casi todos. Gabilondo pide calma y que hoy sea «un buen momento» para valorar «detenidamente» el documento. «Ya sé que hay más ideas buenas en educación, pero también hay ideas que, al ponerlas en un texto de consenso, se pierde ese consenso y entonces no son las ideas que nos parecen interesantes. Hemos llegado hasta donde hemos sido capaces de llegar», explicó.

Pero la gran decepción del día llegó con la valoración de IU, cuya portavoz Dolores Dolz aseguró que las propuestas del Ejecutivo «sólo quieren agradar al PP y a sus principales aliados del ámbito educativo» (patronal católica de la privada concertada); una postura cercana a la portavoz de UPyD, Rosa Díez, para la que el Gobierno «únicamente quiere hacerse la foto planteando un pacto de mínimos que no aborda la verdadera asignatura pendiente del sistema: la redistribución competencial».