Oviedo / Madrid

E. G. / Agencias

Al ministro de Educación, José Ignacio Wert, le espera sin duda una semana dura. El próximo lunes presentará a los consejeros autonómicos de Educación su plan de ajuste de más de 3.000 millones de euros para la enseñanza en España. Se da por hecho que el «tijeretazo» afectará al aumento de alumnos por aula, a un incremento de las horas lectivas del profesorado y a una subida de las tasas de matrícula universitaria.

La mayoría de los consejeros son de su partido, el PP, pero ni siquiera así Wert lo tendrá fácil. Otras comunidades de signo contrario como Cataluña o Andalucía ya anunciaron que no van sólo a escuchar, y apuntan batalla.

La semana, que incluye una conferencia sectorial de educación, también tendrá el próximo jueves una cita importante con la reunión del Consejo de Universidades, que también será presidido por el Ministro, donde también le esperan con los cuchillos afilados.

El Gobierno de Rajoy juega con las cifras y las estadísticas, pero la alarma se ha instalado en la comunidad educativa. Dice Wert que el impacto relativo de los recortes en los presupuestos de su Ministerio «se limita al 0,6% del gasto público educativo total del país», ya que el grueso del mismo está transferido desde hace mucho tiempo a las comunidades autónomas.

José Ignacio Wert respondía así, minimizando daños, a las preguntas del diputado Mario Bedera, del Grupo Socialista, sobre la política educativa del Ministerio con el nuevo recorte anunciado.

El Ministro ha dicho que el recorte en educación no es «brutal», como lo califica el diputado en su pregunta, sino que «lo brutal es comprometerse a una reducción del déficit público e incumplirlo en un 78 por ciento». La política del tú lo hiciste peor. La herencia socialista obliga, según el Ministro, a una máxima de austeridad y eficiencia, y en el caso de la educación «obliga a ser selectivos». Una cuestión semántica.

La prioridad son las becas y ayudas, en palabras del Ministro, quien ha reiterado que no se reducen las becas, porque «se mantienen las mismas cuantías» previstas en los Presupuestos anteriores. Las becas de enseñanzas de idiomas en el exterior se «reajustan», eso sí, orientándolas a la inmersión lingüística dentro de nuestro país, «en vez de hacer viajes a Australia y a Nueva Zelanda», para ahorrar gastos, añadió.

La intervención parlamentaria de José Ignacio Wert no gustó nada en los bancos socialistas. El ex secretario de Estado de Educación, Mario Bedera, es un duro interlocutor para el Ministro porque, entre otras cosas, sabe de qué habla.

«No son Presupuestos austeros sino confiscatorios. Mintieron cuando dijo Rajoy que no tocarían educación y sanidad. No ajustan las cuentas de educación, sino que ajustan las cuentas con un modelo que no va a aguantar otro recorte más. Mi grupo le exige saber dónde van a estar esos 10.000 millones de recorte». El mayor trozo del pastel a la baja se lo lleva sanidad, tal como se explica en esta misma sección (página 65).

El diputado socialista reprochó al Ministro del ramo el ajuste presupuestario del 22 por ciento en el epígrafe de educación de los Presupuestos Generales del Estado, lo cual, a su juicio, repercute en la reducción de los programas de cooperación territorial, las becas y las ayudas al estudio, entre otros apartados.

En cuanto a las becas, Bedera insistió en el recorte impuesto por el Gobierno, de 166 millones de euros, además de los ajustes a las becas para el estudio de idiomas, préstamos de renta, la supresión del 66 por ciento de las ayudas a los libros de texto, entre otros recortes en las cuentas del Estado. No serán los últimos, asegura la oposición parlamentaria.