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PILAR SÁNCHEZ VICENTE | Escritora

"Mi nueva novela es una forma de hacer justicia a las víctimas de la otra parte de la historia"

"El género que más se vende hoy es el romántico, pero con sexo explícito desde la primera página"

Pilar Sánchez Vicente. María G. A.

El bando de los perdedores en la Guerra Civil es el protagonista de "Luciérnagas en la memoria", la última novela de Pilar Sánchez Vicente (Gijón, 1961), un relato que se inicia en Asturias, continúa en Tucumán (Argentina) y cuenta la historia de dos hermanos separados por la contienda española. Historiadora y archivera en el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, ésta es la quinta novela de la autora y la primera que publica en Amazon. En la publicidad Pilar Sánchez Vicente ha realizado un vídeo-tráiler con imágenes históricas de Gijón durante la guerra y escenas de desgarradoras despedidas familiares en el puerto de El Musel, cuando un buen número de niños y niñas asturianos embarcó hacia el continente americano. "Decidí aventurarme como experimento y, de momento, estoy muy contenta, en un mes se han vendido mil ejemplares. Además, la mayor parte de la novela transcurre en Argentina, y Amazon me permite abrirme a un mercado más amplio", explica. El libro se presentará el próximo viernes en el Acuario de Gijón (19.30 horas).

-Usted ha hecho mucha novela histórica. ¿Por qué la Guerra Civil?

-Las otras épocas ya las había tocado: la antigua, la medieval, tenía una deuda pendiente con nuestra propia historia. La familia protagonista recoge lo que sería un espectro familiar normal afectado por la guerra: un padre fusilado, una madre desaparecida, un hijo guerrillero y una niña emigrante. Tiene también el componente del exilio, que es muy importante.

-¿Se ha hecho justicia con el bando de los perdedores?

-No sólo no se ha hecho, sino que tardaremos en verla. No es normal que beatifiquen a los de un bando y otros estén en las cunetas. Es una vergüenza que tengan que venir abogados argentinos a España o que Garzón esté donde esté por haber intentado hacerla. ¿Cuántos están todavía desaparecidos? El mapa de las fosas comunes está ahí y mete miedo. La novela es una forma de hacer justicia a las víctimas de la otra parte de la historia. Cuando una víctima calla en cierta forma está asumiendo la condena.

-La madre desaparecida de los dos protagonistas es una maestra de la Institución Libre de Enseñanza. Ellos recordarán a lo largo de su vida lo que su madre decía sobre la importancia de la educación y de la cultura.

-La frase que más se repite es "la cultura es el faro del pueblo". En cierto modo, ese personaje es un homenaje a los maestros de la República, hubo un momento en España de renovación pedagógica que quedó cortado por la guerra. Tanto Jacinto como Adriana nunca olvidarán la importancia de la cultura que les transmitió su madre.

-Sorprende la detallada descripción de la naturaleza de Piloña, en cuyos montes se esconde Jacinto. ¿Conoce bien la zona?

-He recorrido todos los escenarios, tanto de Asturias como de Argentina. Utilicé las "Memorias de un guerrillero", de Manuel Coro Chan, para reproducir en "Los cuadernos de Jacinto" el lenguaje y las expresiones de la época, pero este guerrillero era de Galicia y yo necesitaba un escenario asturiano. Elegí la aldea de Biedes, a la que llamaban "la pequeña Rusia", y los montes de Espinaréu un poco por recomendación de Ramón Lavandera, quien también me facilitó cartas de la época que guarda en sus archivos. Estuve hasta en la piedra debajo de la cual Jacinto guarda los diarios que escribe. Recorrimos los montes de Piloña con Walter, ya fallecido, que sirvió de enlace a la guerrilla de Onofre. Hice lo mismo en Argentina, me recorrí todos los escenarios, incluidos los del Che Guevara, que también sale. En Corrientes conocí a un librero que era su biógrafo. Adriana conoce al Che en la Universidad de Córdoba y acaba dando clases en la escuelita de Famaillá, que fue el primer centro de detención de la dictadura de Videla. ¿Sabe que en Tucumán hay una capilla dedicada a la Virgen de Covadonga, en El Mollar, en pleno Altiplano andino?

-La protagonista huye de una guerra y de una dictadura y, años después, llegará Videla a Argentina.

-Así es. En la novela se habla de las dos dictaduras.

-Tanto sufrimiento y Jacinto, una vez finalizada la Guerra Civil, está convencido de que volverá la República. ¿Demasiado ingenuo?

-Esa frescura, ese convencimiento de que cuando acabe la guerra europea la República volverá a España, es ingenuidad, pero también es convencimiento de los propios ideales. Y otra cosa sorprendente es lo bien que escribían. Algunas de las cartas que leí y el propio diario de Manuel Coro Chan son piezas que emocionan. Coro Chan no era un iletrado, pero era zapatero.

-Dicen que la novela es un género en crisis, aunque la histórica parece venderse muy bien.

-La novela que más se vende hoy es la romántica, pero no al modo de Corín Tellado. Hoy la novela romántica es erótica y debe tener sexo explícito desde la primera página. En cuanto a la novela como género, no creo que esté en crisis, tiene interés en la medida en que hay escritores que la cultivan. Por encima de todo está el escritor y una forma de narrar que te permite la libertad de escribir. Una novela histórica hecha con rigor permite llegar a muchas más personas.

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