Belén González-Villamil tomó ayer posesión como presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Asturias con voluntad continuista y con cuatro prioridades: Trabajar por la racionalización del servicio de guardias, solventar el problema actual de las "sanciones excesivas y desproporcionadas" y analizar la convivencia de la farmacia con otras actividades que se dan dentro de las oficinas, como pueden ser la óptica y la ortopedia. También señaló la atención a su papel de proveedores de los establecimientos residenciales.

Junto a Belén González-Villamil, hasta ahora vicepresidenta del colegio, tomó posesión un amplio equipo formado por una veintena de farmacéuticos que ayer juraron no solo el cargo sino también lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución además de los estatutos de su profesión.

Al acto, celebrado en Oviedo, asistió el Consejero de Sanidad, Faustino Blanco, que enumeró algunos de los acuerdos alcanzados durante el mandato del presidente saliente, José Villazón, entre los que citó los relativos a la tarjeta sanitaria individual y la implantación de la receta médica electrónica. Blanco considera esta apuesta, que espera culminar en el primer cuatrimestre de 2015, uno de los proyectos estratégicos de la legislatura.

También estuvo presente el actual director General de Innovación Sanitaria, Mario Margolles, así como los dos consejeros de Sanidad de los dos gobiernos anteriores, Ramón Quirós (PSOE) y José María Navia-Osorio (Foro). Acudieron seis ex directores generales.

Belén González-Villamil, que optó por no hacer declaraciones a los medios de comunicación en su primer día al frente del colegio, subrayó durante su discurso las dificultades que atravesaron durante los últimos cuatro años, problemas que atribuyó a la situación económica y a los cambios políticos vividos en nuestra comunidad.

A pesar de los inconvenientes, la nueva presidenta reconoció que se "consiguieron acuerdos importantísimos para el colectivo". Para el futuro suma a sus objetivos el de "luchar por la viabilidad económica de las oficinas de farmacia". Admite que le queda un camino difícil y que los tiempos no acompañan, pero garantizó el esfuerzo y el compromiso de todos los miembros de la junta de gobierno.

Para González-Villamil es fundamental el trabajo bien hecho y la necesidad de "trabajar y potenciar nuestra labor como especialistas del medicamento". También hizo hincapié en seguir desarrollando iniciativas como la guía de las buenas prácticas que puso en marcha el anterior equipo.

Emotivo fue el discurso de despedida de José Villazón, que dijo marcharse con dos frustraciones: no haber conseguido solucionar los turnos de guardia, sobre todo en las oficinas rurales, y no haber podido resolver "las multas desmedidas que a su juicio se imponen a las farmacias por reformas como cambiar un tabique sin haberlo advertido a la Consejería".

El presidente saliente agradeció al Principado que, a pesar de los recortes de los últimos años, el abono a las farmacias hubiera sido una prioridad. "Sorteamos los impagos que sufrieron las farmacias en otras comunidades", concluyó.