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Nicolotti: "La historia del Santo Sudario nace en el siglo XI y es falsa"

El estudioso sostiene que la Iglesia debe reconocer que la reliquia es del siglo VIII

Andrea Nicolotti.

Andrea Nicolotti, investigador de Historia del Cristianismo en la Universidad de Turín, es tajante cuando afirma que tanto el Santo Sudario de Oviedo como la Sábana Santa de Turín nunca estuvieron en contacto con el cuerpo de Jesús. "La del Sudario es una historia ridícula y tardía que se inventó en el siglo XI y por tanto es falsa". Nicolotti participa estos días en el simposio internacional sobre "Las reliquias de la catedral de Oviedo: Panorama general desde una perspectiva crítica", que se desarrolla en el Museo Arqueológico de Asturias.

Para el investigador, el Sudario no se debe estudiar solo, porque forma parte del conjunto de reliquias relacionadas con el Arca Santa. "Si se ha decidido desgajarlo del resto es únicamente por interés, porque algunas de esas reliquias no son creíbles, y los sindonólogos lo saben, tratan de separarlo para darle un carácter de autenticidad que no tiene".

El Sudario no era la reliquia más importante, comenta, ni siquiera estuvo siempre presente en las listas de contenidos de la Cámara Santa, ni fue citada por muchas fuentes. "Hasta la primera parte del siglo XX no interesaba porque se reconocía que no era auténtica. Fue con la llegada del sacerdote italiano y sindonólogo Giulio Ricci cuando comenzó el interés. Ricci vino, miró y dijo que era auténtico porque quiso ver manchas de sangre que, según su entender, se sobreponen a la imagen de la Sábana Santa de Turín".

Ricci trajo a estudiosos a buscar las pruebas. Realizaron exámenes palinológicos para encontrar pólenes de Tierra Santa y poder justificar que procedía de allí, pero no se pudo probar. A pesar de eso, la curiosidad hacia el Sudario fue creciendo "y no tiene mucho sentido", subraya Nicolotti, que tiene claro que esa tela es del siglo VIII y no anterior. Así lo certifican las cuatro dataciones de carbono 14 realizadas, prueba irrefutable que los partidarios de la reliquia no admiten asegurando que los resultados no son fiables y que las telas están contaminadas. También está probado que el tejido no coincide con el de la Sábana Santa, datada en el siglo XIV.

No le cabe ninguna duda de que las reliquias del siglo I "son seguramente falsas", porque en esa época no había interés por conservar las cosas que pudieron estar en contacto con el cuerpo de Jesús. "Esa inclinación nació después, en el siglo IV. Fue en ese momento cuando se buscó la cruz donde murió Jesús". Afirma que es falsa la inscripción INRI que forma parte de la iconografía canónica de la crucifixión y que se encuentra en Roma y también lo es la túnica sagrada de Argenteuil, datadas en época medieval.

La sindonología ha configurado una historia que "te lleva fuera del problema", dice, "te obliga a centrarte en la autenticidad y no te permite estudiar las reliquias para conocer la historia que tienen alrededor ni la historia de la ciudad". "Es una pena que por centrarse en algo que es falso no se preste atención a lo verdaderamente interesante". Aprovecha para comentar que si la Iglesia se deja convencer por sindonólogos llegará un momento en que estalle un escándalo. "La gente pensará que si esa historia no es verdadera, la Iglesia, tampoco. Se ha dado demasiado protagonismo al Sudario, incluso recientemente ha sido protagonista de una exposición". Autor de un estudio detallado sobre la Sábana Santa, consideraría acertado reconocer públicamente la falsedad del Sudario o, al menos, no aumentar el culto y tratarlo como reliquia del siglo VIII.

Para Nicolotti, los sindonólogos que se ocupan del estudio de la Sábana Santa tienen dos motivos para certificar la autenticidad de estas reliquias. El primero es una visión de la realidad que es paranormal, "les gusta creer en cosas extrañas y si hay explicaciones normales prefieren las complicadas". Por otro lado, cree que su fe es muy material. "Intentan demostrar con objetos la realidad de lo que dicen los evangelios".

Con la Sábana de Turín "algunos quieren probar que es la prueba de la resurrección, algo que es imposible porque está fuera de lo racional. Tampoco los evangelios hablan de resurrección, sólo dicen que el sepulcro estaba vacío".

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