La iglesia de San Pedro de Ferreros, en Ribera de Arriba, conserva una traza y elementos constructivos de origen altomedieval, según un reciente estudio arquitectónico, que también pone de manifiesto sus similitudes métricas con la iglesia prerrománica de Santullano.
Aunque en la actualidad el templo presenta un aspecto indudablemente neoclásico, con bóvedas como las que presentaba San Julián de los Prados antes de la intervención de Fortunato Selgas a comienzos del pasado siglo, en el exterior conserva aún algún lienzo de muro con mampostería más pequeña sin revocar. Todo indica que esta pared más tosca y desnuda formó parte de la construcción original. La iglesia cuenta además con una pequeña ventana cegada, realizada en piedra de Laspra que cuenta con todas las características de las saeteras frecuentes en edificios románicos y prerrománicos.
El descubrimiento de que el templo es anterior a las fechas de construcción que se barajan en la actualidad surge a partir de un reciente estudio, dirigido por los arquitectos Rogelio Ruiz y Macario González Astorga, que llevaron a cabo un proyecto encargado por el Ayuntamiento de Ribera de Arriba para solventar algunos problemas de humedades en la iglesia.
Ante la falta de planos, los arquitectos decidieron levantarlos ellos mismos sin saber que tal labor les iba a suponer más de una sorpresa, además de permitirles un conocimiento profundo del templo. Unos de los hallazgos más reveladores fueron las proporciones y las distancias tan pequeñas que había entre los arcos de la nave central, lo que claramente les llevó a buscar similitudes con otros edificios prerrománicos. Esta pista les puso en el camino para establecer las comparaciones que dejaron al descubierto una serie de coincidencias métricas entre la iglesia de Ferreros y la de Santullano.
Según sus mediciones, la longitud máxima interior en Ferreros es de 22,4 metros y en Santullano es de 22,8; los tres primeros tramos antes del crucero miden en San Pedro 10,6 metros y en San Julián ese mismo espacio ocupa 10,3. También hay coincidencias en los 4 metros que separan la nave del transepto en ambos templos. Para los arquitectos, existe una relación numérica importante entre las dimensiones de ambas iglesias, lo que abre una puerta a su posible vinculación cronológica.
También han comprobado la composición de San Pedro de Ferreros a partir de la relación de Santullano con el triángulo pitagórico y el círculo. Para ello han seguido sistemas similares a los utilizados por el profesor de arte Lorenzo Arias en algunos edificios prerrománicos.
Son muchas las razones que permiten retrasar la construcción de la iglesia de Ferreros hasta época altomedieval, no obstante los autores del estudio ven necesaria la realización de una memoria histórico-artística del edificio y un estudio arqueológico que permita localizar los firmes y trazas más antiguas para establecer una datación rigurosa. Por eso se han puesto en contacto con la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Ribera de Arriba.
Lo que se conserva en la actualidad es un edificio reconstruido en el siglo XVIII con formas sencillas y un tanto rurales. En la nave principal destacan una serie de arcos de medio punto que enmarcan el ábside desde la entrada. El estudio destaca la gran coincidencia formal con el imafronte de la vecina iglesia de San Nicolás de Bari de Tellego, aunque San Pedro es más esbelta.
Por el momento es imposible poner a Ferreros fecha de construcción, pero se sabe que ya estaba en pie en el siglo XII. El texto del historiador Gabino Arcadio Alonso, que reconoce que el testamento de Ordoño I - por el que dona todas las iglesias de su propiedad a la mitra ovetense- es falso porque fue pergeñado en el siglo XII, sirve para saber que en esa fecha el templo ya se había levantado.
