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MARÍA KATZARAVA | Soprano, debutará en España en el Campoamor con "El duque de Alba"

"De Plácido Domingo aprendí que el arte es entregarse por completo"

"Memorizar el rol de Amelia d'Egmont ha sido difícil, es muy exigente porque canto los cuatro actos, pero la música de Donizetti es maravillosa"

María Katzarava con los soldados gigantes que son parte de la escena de "El duque de Alba", que se estrenará el domingo en el Campoamor. LUISMA MURIAS

El 19 de septiembre de 1985, Ciudad de México fue víctima de un terrible terremoto. María Katzarava, hija de georgiano y mexicana, tenía año y medio y vivía con sus padres en Tlatelolco, una céntrica zona de la capital. Treinta años después, la joven soprano cantaba en ese mismo lugar en homenaje a las víctimas, con Plácido Domingo, un artista con el que mantiene fuertes vínculos artísticos y personales. "Para mí es un pilar, además de ser un gran artista y gran persona, me ha apoyado muchísimo, le debo gran parte de mi carrera. Siempre te hace sentir bien, segura de ti misma. De él aprendí que el arte es entregarse por completo", afirma.

María Katzarava debutará el próximo domingo en la ópera española dando vida a Amelia d'Egmont en "El duque de Alba", un título muy poco representado de Donizetti, que se verá por primera vez en el teatro Campoamor de Oviedo. Ganadora del concurso "Operalia", hizo su debut en México, a los 19 años, con el título "La serva padrona", de Pergolesi, y su primera actuación en Europa fue un concierto en Berlín, en 2008. Ha actuado en grandes escenarios, como la Scala de Milán y el Covent Garden. Desde hace casi dos años vive en Barcelona. "España siempre me gustó", dice.

-¿Intimidan a una joven esos históricos teatros?

-A veces siento que tienen prisa por echarte a andar en esos teatros y para mí fue muy impresionante cantar en ellos, pero no me intimidaron de esa manera que te hacen chiquita, al contrario, me dieron el coraje necesario para ser mejor, para prepararme más. Me di cuenta de que necesitas madurar vocal y emocionalmente para soportar el peso de teatros de ese tamaño. Me hicieron más fuerte.

-¿Por qué eligió cantar?

-Todos en mi familia son músicos profesionales, mis padres son violinistas y ellos me obligaron, en cierta manera, a seguir con la tradición del violín y durante quince años lo estudié, pero nunca me gustó. Yo quería ser cantante pop, tenía fascinación por el grupo "Mecano", imitaba a Ana Torroja. Estudié canto para ser artista pop.

-¿Cómo es Amelia d'Egmont, el personaje que interpreta en "El duque de Alba?

-Es una chica que acaba de perder a su padre decapitado en una plaza y busca venganza todo el tiempo, es una guerrera que no puede descansar sin vengar a su padre. Vocalmente es un rol muy exigente, es muy lírico, y además canto todo el tiempo, los cuatro actos. Es una ópera muy larga y al ser totalmente desconocida para la gran mayoría no tenía muchas opciones para escucharla. Memorizarla ha sido difícil, pero la música de Donizetti es maravillosa y vocalmente es muy cómoda.

-¿Se siente bien en la producción pese a los ensayos tan exigentes?

-Me encanta, estoy feliz, es uno de mis debuts más afortunados. Estoy con un gran director de escena, Carlos Wagner, que te deja libre y, a la vez, te guía, y, asimismo, con un gran director de orquesta, Roberto Tolomelli, que igualmente te deja expresarte, te comprende como cantante, no te impone. Y todos mis compañeros son estupendos.

-¿Qué importancia tiene en el resultado final de un rol lírico el aspecto actoral?

-Lo es todo, para mí va de la mano del canto. Cuando entiendes perfectamente a un personaje, tanto vocal como actoral, es cuando realmente creas una historia y puedes hacer que la gente la siente y la crea. Sin la parte actoral no puedo cantar tan bien.

-¿Qué compositores o roles son sus favoritos?

-Estoy especializada en el repertorio francés y en el italiano, sobre todo en Puccini. Liú, de "Turandot", es uno de los personajes más importantes de mi carrera, lo he interpretado muchas veces. También he cantado mucho "La traviata", "La bohème" y "Carmen". De Donizetti canté muchos años "Lucia de Lammermoor", en general todo el bel canto. Mi favorito es Puccini

-¿Por qué le gusta tanto?

-Siempre he dicho que es mi novio. Todo lo que ha escrito para las sopranos tiene un alma muy femenina. Uno de sus personajes más perfectos es Liú, y a mí, que lo he interpretado tantas veces, no me cabe duda de que realmente algo me pasa con él que me toca tanto.

-Aunque no reside en su país, México atraviesa en estos momentos una crisis muy seria a causa de la violencia. ¿Va a menudo?

-Siempre trato de ir. Hay muchísima violencia de género, sobre todo en el norte del país, en Ciudad Juárez, donde hay muchísimo feminicidio, y eso me preocupa. En esa zona ves a niños de 3 y 4 años con armas, y para ellos es normal vivir con las armas y traficar con drogas. El narcotráfico es otro de los temas, pero no sólo de México sino de toda América.

-¿Qué origina tanto feminicidio?

-En México, por lo que yo he visto, la clave es la educación que se da a los niños y niñas en el núcleo familiar. En las telenovelas mexicanas, que educan a gran parte del pueblo, lo que ves es que el macho golpea a la mujer. Y cuando hablas con las mujeres, y yo lo he hecho, ven normal que el marido les sea infiel y les pegue. Les he preguntado miles de veces por qué se dejan. Es como un veneno muy profundo que está carcomido. Extraerlo es un trabajo de hablar y educar a los niños y niñas.

-Su carrera es muy exigente. ¿Le resta tiempo para vivir?

-Me siento feliz, afortunada y agradecida con la vida, de tener salud y vivir con lo que hago. Me encanta viajar, conocer nuevos lugares y culturas diferentes y no me cuido más allá de lo normal.

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