La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

ERIKA GRIMALDI | Soprano italiana, cantará "La Bohème", de Puccini, el domingo en el teatro Campoamor de Oviedo

"El rol de Mimì fue grande desde el primer día, es grande y siempre será grande"

"María Callas es mi cantante preferida; además de gran voz siempre daba algo más, era una persona muy comunicativa y magnética"

Erika Grimaldi, en el escenario del Campoamor. NACHO OREJAS

La soprano italiana Erika Grimaldi será Mimì el próximo domingo en el teatro Campoamor de Oviedo para encarnar el principal papel femenino de "La Bohème", la tan celebrada ópera de Puccini, quinto y último título de la temporada carbayona. Rodolfo, el poeta, coge la mano de Mimì y exclama "¡Che gelida manina!", qué helada manita, y desata después una de la arias más bonitas y famosas de la historia de la ópera.

-Pues no, no está fría su mano.

-Es que Oviedo es una ciudad maravillosa y cálida en el sentido de acogedora. Además hoy hace un calor estupendo. Es la enfermedad de Mimì la que enfría su mano. Sufre y el problema se manifiesta abiertamente como enfermedad en el tercer acto aunque está latente desde el principio. Ya se sabe en el primer acto que tiene la mano fría. Es una forma sutil de aludir a la enfermedad. Mimì es una chica normal en los dos primeros actos, está feliz de la vida, con su amor, con encontrase con Rodolfo y los sentimientos nuevos que manifiesta. Ella lo quiere conquistar y es una buena estratega. Planea cómo hacerlo. Pero con el tiempo toma conciencia de su enfermedad y va cuesta abajo hacia la muerte. Es una historia de amor y después de muerte completamente contrapuestos en el relato. Tiene una gran fuerza de carácter. A mi me gusta por eso. Afronta la enfermedad con reciedumbre y ante la muerte sonríe, llega al final serena y tranquila. Cuando le asaltan los accesos de tos y le preguntan sus amigos qué le ocurre ella siempre afirma que está bien y que no se preocupen. Sí, al inicio de la obra Rodolfo le coge la mano y ve que está muy fría, todo con inocencia y sinceridad.

-¿Cómo afronta su papel, tan grande?

-El rol de Mimì fue grande desde el primer día, es grande y siempre será grande. Es uno de los papelazos de la historia de la ópera. Es el primer rol que canté. Y "La Bohème" es la ópera que más veces he cantado. Debuté hace ocho años. Canto cada año el rol y eso me permite descubrir cosas, profundizar en Mimì y ofrecerlo mejor a cada paso. Obviamente lo conozco desde mucho antes y por las grandes sopranos que lo han cantado. He cogido de ellas las partes buenas y lo que para mi gusto es mejor y puedo incorporar a mi voz. Con todos esos materiales he construido el personaje. Es un papel complicado que requiere mucho esfuerzo.

-¿Cómo desarrolla psicológicamente el rol?

-Antes de cantarlo, cuando lo estudiaba, me dejaba con el corazón encogido. Con el tiempo vi que para dar sensación de tormento es preciso distanciarse del papel. Cambia mucho de un acto a otro. Es muy distinto. Creo que aunque no esté escrito en el libreto Mimì sabe que algo le pasa. Algo raro. Algo inconveniente. Cuando sube la escalera y se cansa, por ejemplo. El amor de Rodolfo durante un tiempo la llena de energía que la mantiene hasta el momento de su muerte.

-Las historias de la ópera siempre acaban mal.

-Sí, siempre muere alguien, es terrible.

-¿En qué sopranos legendarias se ha fijado para conformar su personaje? Cite tres.

-Hay tantas. Me gustan tantas. Escuché muchísimo y desde hace tiempo a María Callas que es mi cantante preferida, además de gran voz siempre daba algo de más, era una persona muy comunicativa y magnética. Lograba alcanzar todo lo que había en el personaje y, a veces, sin hacer nada, con estar en escena ya transmitía.

-Segunda cantante.

-Debo pensar. Hay una cantante a la que no conozco personalmente y que me gusta mucho: Mirella Freni. Mucha gente me ha dicho que mi vocalidad es muy parecida a la de ella.

-Buen piropo.

-Sí, sí, ciertamente. Y hay una cosa particular al respecto. En fotografías que vi de Mirella Freni de hace treinta años o más, era igual que yo en el perfil. Y la sonoridad depende mucho de la forma de la cara. El sonido de la voz está en función en buena medida de la forma del rostro. Por eso me indican el parecido.

-Tercera.

-La Caballé, con ese filado, tan largo, en frases enormes en las que parece que no coge aire.

-¿Vocalmente cómo es Mimì?

-Tiene las dificultades habituales de las óperas de Puccini. En el primer acto tiene que vérselas con una gran sonoridad de la orquesta. Y como es joven debe aparentar simplicidad cuando en realidad la partitura es muy compleja. Técnicamente el tercer acto es el más difícil ya que canta las partes más altas y anímicamente está desesperada porque se seca por dentro. En el segundo acto, con el coro, todo es más reposado. El cuarto acto no es muy difícil en lo vocal pero sí psicológicamente porque se está muriendo. Es necesario transmitir el sufrimiento sin perder calidad vocal. Hay que dar un tono suave y cantar echada lo que complica las cosas.

-Usted es italiana de...

-Soy de Asti, la ciudad del vino; en Turín cursé diez años de piano y me diplomé. La voz la descubrí después. Ahora no tengo ni un día de descanso. El siete de febrero voy a París a cantar el Réquiem de Verdi y después a Hong Kong. También cantaré allí la opera "Simon Boccanegra", de Verdi.

Compartir el artículo

stats