La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Azul, blanco y albero entre arte mudéjar y renacentista

Azul, blanco y albero colorean la casa-palacio de Las Dueñas, fundada por los Pineda y vendida en 1496 a Catalina de Ribera, según la leyenda, para pagar un rescate. En 1947 Jacobo Fitz-James Stuart organizó allí para su hija Cayetana (Tanuca) la fiesta de bodas considerada la más cara del mundo en su momento. Si en los orígenes, cerca, se alzaba el monasterio de Santa María de Las Dueñas, cuyas monjas servían a reinas y esposas de monarcas como San Fernando, patrón de Sevilla, y Alfonso X el Sabio, ahora, a poca distancia, sale al paso la iglesia del Valle, morada del Cristo de los Gitanos y reposo de la urna funeraria de Cayetana, gran benefactora de la Hermandad.

La edificación pasa del gótico mudéjar al estilo renacentista, con detalles sevillanos reflejados en ladrillos, tejas, azulejos, encalados, cerámicas, geranios y claveles que no logran ocultar que la casa pertenece a una de las familias con mayor riqueza patrimonial del planeta. Madrazo, Sorolla, Zuloaga, Gonzalo Bilbao, Romero de Torres y Carmen Laffón cuelgan en las paredes enteladas en seda, con piezas de Jacopo Bassano, Sofonisba Anguissola, Annibale Carracci, Francesco Furini, Luca Giordano y José de Ribera, entre otros. Y aunque en la portada de entrada luce el escudo de la Casa de Alba en azulejo trianero del XVII, en la capilla, donde se casaron en 2011 Cayetana y Alfonso Díez, se funden arte europeo y el alma sevillana. La Santa Catalina de Neri di Bici convive con azulejos con reflejos metálicos, típicos de la cerámica sevillana del siglo XVI.

Compartir el artículo

stats