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La Vida Buena

El otoño se ve y se disfruta

Una escapada a la majada de Brañagallones, que acaba de estrenar refugio, para ver en directo cómo la estación se abre paso | Jirafas, hipopótamos y gorilas en Cabárceno

El otoño se ve y se disfruta

El otoño se abre paso y con él un sinfín de posibilidades para disfrutar de la época. La majada de Brañagallones, en Caso, es un buen lugar estos días para presenciar en directo cómo estallan los colores otoñales en el paisaje. Allí, la perra "Xana" va poco a poco acostumbrándose al ir y venir de montañeros y paseantes, cada vez más, que se acercan al relativamente nuevo refugio del parque de Redes para realizar alguna ruta por la zona, o bien para pernoctar y disfrutar del espectacular amanecer: a estas alturas del año, ligeramente orbayado hasta que los primeros rayos de sol comienzan a calentar.

"Xana" es un cachorro de mastín adoptado tras sufrir maltrato. De ahí que le cueste aún dejarse acariciar por la gente. Poco a poco coge confianza y es mimada por sus cuidadores y por los visitantes que llegan a Brañagallones en busca, como ella, de paz y tranquilidad.

Ambas cosas están aseguradas. Sólo hay que planificar bien la escapada y reservar de antemano en caso de quedarse a dormir. La noche, con cena y desayuno, ronda los 33 euros, a los que se pueden añadir servicios especiales (toallas, sábanas?) por algo más de dinero.

Para llegar a la majada, si hay tiempo, la mejor opción es pegarse una buena caminata desde Bezanes, el pueblo donde dejar el coche y que dista de Brañagallones unos 11 kilómetros. Es una distancia considerable, pero asumible por aquellos que no estén de mucho caminar. Más que nada porque no hay que tener prisa y, si el primer tramo es empinado, se puede ir parando y disfrutando del paisaje. Otra opción es el taxi: hay servicios especiales desde Bezanes (consultar horarios).

¿Qué hacer una vez en Brañagallones? Pues todo y nada. Los deportistas disfrutarán de unas cuantas rutas, muchas asumibles fácilmente para los que no estén de hacer montaña habitualmente, como la que lleva al Cantu'l Osu (Canto del Oso), un pico que domina la majada y que está a 1.800 metros de altitud, 400 más que ésta. Otra caminata, ésta recomendada para ir con niños, es a las fuentes del río Monasterio. Es posible regresar con una buena bolsa de setas. Si de descansar se trata, no hay problema. El refugio cuenta con un acogedor salón, si hace frío, y una estupenda terraza en el exterior si el tiempo permite estar al aire libre. Lo mejor (o lo peor, quizás para algunos) es que no hay nada, o muy poca, cobertura de móvil.

Los animales son los protagonistas en el parque de la naturaleza de Cabárceno, en Cantabria, otra escapada otoñal que desde Asturias no obliga, si no se quiere, a pasar la noche fuera: está a dos horas del centro de la región y hay una salida señalizada desde la Autovía del Cantábrico (A-8), a cuatro kilómetros del zoo.

Ahora está en temporada baja (en la alta, de abril a septiembre y los fines de semana, el precio de la entrada de adulto es de 30 euros por todo el día y de 20 por la tarde; para los niños, son 17 y 11 euros), lo que permite disfrutar de descuentos. Cabárceno abre a las 10 horas y merece la pena madrugar para disfrutar de lo mucho que ofrece el parque. Dentro, los desplazamientos se hacen en el vehículo particular y el recorrido es libre. Todos los recintos de animales cuentan con su propio aparcamiento.

Lo mejor es planificar y decidir qué ver. Las jirafas, los rinocerontes, los elefantes, los gorilas y los grandes felinos (especialmente los leones y el tigre de bengala) son quizás los que más atención atraen. También los hipopótamos. Aparte, hay que tener en cuenta el teleférico y las demostraciones. La visita del teleférico, en sus dos líneas, puede alargarse hasta una hora. En cuanto a las demostraciones, tanto las de aves rapaces como las de leones marinos son espectaculares. Para comer: hay diversos restaurantes y cafeterías, pero también hay numerosas zonas de esparcimiento en las que se puede montar un picnic sin mayor problema. Una alternativa ideal para comer en familia y hacer más especial esta escapada otoñal al zoo.

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