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Escapadas

Montañero por un día en el Urriellu

Senda en Collado Vallejo y, al fondo, el Urriellu. L. Á. V.

Convertirse en montañero por un día es posible y una experiencia más que en Asturias está al alcance de la mano de todo el que quiera y, con un poco de esfuerzo, pueda. Un plan de fin de semana para antes de que el invierno llegue con toda su crudeza puede ser pernoctar en el refugio a los pies del pico Urriellu o Naranjo de Bulnes (cierra el 15 de diciembre), en los Picos de Europa.

Que nadie se equivoque: no es una estancia de placer, sino para poder presumir de que se ha dormido a más de 1.960 metros de altura junto a una de las montañas más famosas de Europa. Además, no deja de ser toda una experiencia pasar unas cuantas horas al amparo del estricto y no escrito código de los montañeros. Primer consejo: observar, escuchar y hacer lo que hacen todos, a poder ser, sin molestar ni preguntar mucho.

Las reglas del refugio están escritas y se han de cumplir estrictamente: la cena (abundante y sabrosa) es las ocho de la tarde y a las once, toque de queda. Así que los que no están de caminar deben emprender la subida a la Vega del Urriellu a poder ser por la mañana, por eso de no llevar prisa y disfrutar del paisaje. El coche se puede dejar en Pandébano (1.212 metros). Desde ahí se pasa por la Terenosa (1.315 metros) y Collado Vallejo (1.540) para enfilar los últimos 400 metros de desnivel, siempre con el Urriellu en el horizonte.

Hay que ir abrigado, llevar lo básico para asearse (olvidar la ducha) y no hacen falta mantas: el refugio da una para taparse en las literas corridas (24 plazas por habitación). Muy útil, una linterna. El móvil, que vaya bien cargado de batería, aunque sólo valdrá para fotos. No obstante, a unos 100 metros antes de llegar al refugio se puede parar en la llamada peña "la cobertura", donde dicen que se capta señal. Dormir, cenar y desayunar (a las 10 horas, como muy tarde, hay que irse) sale por 34 euros.

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