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La obra de Daniel Zuloaga reaparece en Asturias

Un arquitecto asturiano, cuyo nombre no ha sido revelado por deseo de su familia, salvó un mural cerámico del pintor

El mural recuperado de Daniel Zuloaga, antes de su desmontaje. LOS CACHIVACHES DE LA CONCEPCIÓN

La mediación de un arquitecto asturiano permitió salvar, medio siglo atrás, un mural cerámico pintado por Daniel Zuloaga (1852-1921) y fechado en 1910. Una pieza singular que ahora los descendientes del arquitecto han puesto a la venta, a través de una tienda de antigüedades que lo ofrece vía internet.

El mural era la pieza central de la desaparecida pescadería Mardomingo, que se localizaba en la calle Cardiles, en León. El establecimiento fue desmantelado en la década de 1960, y en ese momento un arquitecto asturiano que trabajaba en la ciudad, cuya identidad no ha trascendido por deseo expreso de su familia, se llevó las piezas del mural antes de que fuesen destruidas.

En el mural recuperado, de tres por cuatro metros y más de un centenar de piezas, Daniel Zuloaga pintó la catedral de León. El arquitecto recompuso el mural en una de las paredes de su casa, en Asturias. Allí permaneció hasta su muerte, unos años atrás, cuando fue desmontado. Sus hijas se pusieron entonces en contacto con Manuela Miguélez, que regenta la casa de antigüedades "Los cachivaches de la Concepción" en León, para consultarle si el mural tenía algún valor. Miguélez les confirmó su relevancia y gestionó una primera subasta del mural, vía internet.

"No pujó nadie, y me extraña muchísimo porque era superconocido en su época", afirma Miguélez. La clave puede estar en el precio de salida: 75.000 euros.

Miguélez, en todo caso, reivindica la figura del artista: "Era muy reconocido en su época, y su obra no se puede quedar en el olvido". Madrileño de nacimiento y asentado en Segovia, Daniel Zuloaga era tío y figura de referencia de Ignacio Zuloaga. Muy vinculado a la "generación del 98", Daniel Zuloaga orientó su arte a la pintura de cerámica, algo que quizás ha ido en detrimento de su figura, oscurecida además por la talla de un sobrino que, pese a todo, le admiraba.

En internet se pueden encontrar con facilidad piezas de su taller, con precios que oscilan entre los 180 y los 5.000 euros, en función de su tamaño y singularidad. Y después está el gran mural de la pescadería Mardomingo, que continúa a la venta al precio de salida de la subasta sin que, de momento, haya sido objeto de ofertas.

"Me extraña una barbaridad que ninguna entidad, pública o privada, se haya interesado por el mural. Es una obra que no se puede quedar en el olvido", afirma Manuela Miguélez. La anticuaria desearía además que el resto de murales de la pescadería saliesen a la luz. Porque además del mural de la catedral, en el establecimiento había otros que ilustraban escenas de la vida marinera. En total, la decoración de la pescadería constaba de 963 azulejos, todos ellos pintados por el propio Daniel Zuloaga.

"Ojalá se recuperasen todos los murales de la pescadería, porque era una preciosidad. Pero no sabemos dónde están. Es un patrimonio que no ha sido bien valorado y que no se puede perder", concluye Miguélez.

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