James Bond volverá en 2019 a tener la cara pétrea y la mirada acerada de Daniel Craig. Tras meses de incertidumbre sobre su decisión final (tras el agotador rodaje de Spectre manifestó su deseo de jubilarse como espía cinematográfico), Craig ha dado su visto bueno, imaginamos que animado por el suculento salario que le espera, a interpretar de nuevo al agente 007. Así lo afirma el diario "The New York Times" citando dos fuentes próximas al proyecto.

Será la quinta vez que el actor británico, de 49 años, se ponga a las órdenes de Su Majestad tras "Casino Royale" (2006), "Quantum of Solace" (2008), "Skyfall" (2012) y "Spectre" (2015).

Se pone fin así a un hervidero de rumores y quinielas sobre los posibles sustitutos de Craig. Entre los nombres que más sonaron fuern Tom Hiddleston, Idris Elba, Gerard Butler y Damian Lewis. Tampoco faltaron voces que reclamaron que Bond pasara a ser un personaje femenino.

EON Productions y Metro-Goldwyn-Mayer, las propietarias de los derechos fílmicos sobre las historias del agente 007, señaló mediante un comunicado de prensa que la nueva película se estrenará en Norteamérica el 8 de noviembre de 2019. Las compañías indicaron que los detalles adicionales acerca de distribución, reparto y director de la cinta "se anunciarán en una fecha posterior".

Los resultados económicos de Spectre avalan la continuidad de Craig: recaudó en todo el mundo 880 millones de dólares en taquilla.

El guión del nuevo largometraje, huérfano de título aún, será de Neal Purvis y Robert Wade, responsables de los textos de las películas de James Bond desde "The World Is Not Enough" (1999).

El cine pronto se dio cuenta de que Bond era una mina de oro. El elegido (olvidemos la broma pesada y pasadísima de Casino Royale) fue Sean Connery, quien saltó a la fama gracias a un personaje al que hoy abomina. Sería sustituido por el recientemente fallecido Roger Moore, un actor menos interesante aunque con una sorna que aportó un toque de humor al personaje muy interesante, y que también se retiró cuando los años hicieron cada vez más penosas sus acrobacias.

Llegó el turno de Timothy Dalton, que no cuajó aunque aportó unas dosis de dureza nada desdeñables, siendo sustituido rápidamente por el simpático Pierce Brosnan, más apropiado para encarnar al agente secreto en unos tiempos que le exigían ser más correcto políticamente y donde las escenas de acción eran cada vez más rocambolescas. La elección de Craig levantó no poco revuelo por devolver al personaje a la fiereza inicial y quitando la mayor parte del humor.