El director, escritor y guionista italiano Umberto Lenzi, admirado internacionalmente por cineastas como Quentin Tarantino por su contribución al cine policíaco y de terror, falleció a los 86 años en un hospital de Roma.

Lenzi, autor de más de sesenta películas rodadas entre los años sesenta y noventa, murió en el hospital romano de Grassi de Ostia (oeste de la capital), informaron medios locales.

Apasionado del mundo del celuloide, fue autor de grandes títulos a lo largo de su carrera profesional, como "La invasión de los zombies atómicos" (1980), una película que Tarantino ha elogiado en numerosas ocasiones por su calidad y su originalidad.

Nacido en Massa Marittima, en la provincia de Grosseto (centro), en 1931, se formó en cinematografía en Roma y debutó en la dirección en 1961 con el filme "Le avventure di Mary Read".

Su vida fue una dedicación constante al mundo de la gran pantalla y no cesó en su empeño por experimentar continuamente con lenguajes, ideas e historias.

En la década de los sesenta dirigió películas como "Sandokan, el magnífico" (1963) o "Los piratas de Malasia" (1964), y ya a principios de los setenta "Un lugar ideal para matar" (1971), "Siete orquídeas manchadas de rojo" (1972), "Detrás del silencio" (1972), "Spasmo" (1974) y "El ojo en la oscuridad" (1975).

En esta década, comenzó a desarrollar su pasión por el cine policiaco y rodó cintas como "Milano odia: la polizia non può sparare" (1974), "Roma a mano armada" (1976) o "Napoles violenta" (1976), todo un éxito que revolucionó las taquillas el fin de semana de su estreno.

A finales de los setenta e inicios de los ochenta, decidió cambiar de nuevo y adaptarse al género de terror. Es el momento de "La invasión de los zombies atómicos" (1980), que cuenta la historia de unos hombres que, contaminados por radiación, se convierten en caníbales casi invencibles.

Grandes genios del cine como Tarantino han alabado en el pasado que este fuera entonces uno de los primeros filmes que presentara la figura del zombi viviente, que después ha sido llevada tanto a la pequeña como a la gran pantalla por numerosas películas y series.

Sin embargo, Lenzi siempre negó que sus protagonistas fueran zombies, pues quería evitar cualquier comparación con "Dawn of the Dead", rodada dos años antes por George A. Romero, que sí trataba de muertos vivientes.

A finales de los ochenta volvió al género del thriller-terror con títulos como "Pesadilla en la playa" (1989) y ya en los noventa firmó historias como "Hornsby e Rodriguez - Sfida criminale" (1992) o "Sarayevo, inferno di fuoco" (1996).

En 2008, obtuvo el premio Nosferatu que otorga Brigadoon, el espacio de culto del Festival de cine de Sitges, en homenaje a su carrera.