Si hay un cuento que refleje a través de la música el espíritu de la Navidad ése es "El Cascanueces". Será precisamente con la suite de este ballet de Tchaikovsky con la que la Orquesta Oviedo Filarmonía (OFIL) y el director asturiano Óliver Díaz abrirán el día 1 de enero a las 7 de la tarde el Concierto de Año Nuevo que se celebra anualmente en el Teatro Campoamor de Oviedo. En esta primera cita con la música clásica del 2018 no habrá sitio para las largas y densas obras sinfónicas. Por el contrario, la viveza y frescura de las obras de la familia Strauss acaparan todo el protagonismo.
La elección de incluir "El Cascanueces" en un concierto de Año Nuevo es novedosa, tanto como la de incluir algunas de las danzas húngaras escritas por Johannes Brahms. Según la opinión de Óliver Díaz, "nosotros queríamos incluir una serie de obras populares, pero que al mismo tiempo pudieran servir para el lucimiento de la orquesta", de ahí que esta primera parte del concierto no recurra al repertorio más convencional adscrito a este primer concierto del año. "Queríamos plasmar en el programa de este concierto todo ese espíritu navideño que flota en el ambiente", apunta el director gijonés.
El compositor Johann Strauss II, cuya música es casi sinónimo del comienzo de un nuevo año, protagonizará la segunda parte de este concierto que destaca por su carácter festivo. "El bello Danubio azul"; la "Tritsch-Tratsch Polka" o el "Perpertuum mobile" que se podrán es echar el próximo día 1 son algunas de las obras que se han hecho famosas año tras año por las interpretaciones de la Orquesta Filarmónica de Viena y su larga lista de directores. "Como novedad", añade Díaz, "hemos incluido la 'Danza diabólica' de J. Hellmesberger II, y es sólo una de las muchas sorpresas que tenemos reservadas en las que los profesores de la orquesta se tendrán que involucrar más; no basta ya con tocar un instrumento. Será un nueva manera de comenzar el nuevo año".
Para Óliver Díaz esta es la primera vez que dirigirá el Concierto de Año Nuevo en Oviedo frente a la Oviedo Filarmonía en el Campoamor, aunque si bien es una orquesta que conoce sobradamente y con la que colabora muy asiduamente. Sin ir más lejos, en enero tiene prevista una grabación para el sello Naxos también junto a la OFIL. La dinámica de los conciertos de año nuevo Díaz la conoce bien de su antiguo paso por Gijón "y también han salido estos proyectos en Bilbao y Madrid".
Como director titular del Teatro de la Zarzuela, el pasado jueves dirigió el Concierto de Navidad que también anualmente celebra dicho teatro. En esta edición dietado a la pluralidad de la zarzuela y a difundir la rica aportación al género de los distintas regiones españolas, si bien Díaz asegura que no hay ningún trasfondo político tras ello, sí asegura que la intención por parte de la dirección del teatro es la de "tratar de aunar y la de reconocernos todos como parte de un todo".
Óliver Díaz dice sentirse muy satisfecho con este 2017 que ahora termina y con el 2018 que se presenta lleno de proyectos. Entre ellos, destaca su debut al frente de la Orquesta de Radiotelevisión Española y en el Palau de les Arts en Valencia, además de otros proyectos en el ámbito internacional.
Al próximo año le pide el gijonés que más allá de las cosas importantes de la vida haya también tranquilidad a la sociedad española, entendimiento, y "que todos fuéramos un poco más respetuosos y tratásemos de entender al prójimo", no sólo en lo referente al asunto catalán, "sino en todos los ámbitos de la vida". En este sentido, quiso también resaltar el valor de la cultura "al entendimiento se llega a través de la razón, y a la razón se llega por la educación y la cultura", asegura. En el plano musical desea que "ahora que comenzamos a salir de la crisis poco a poco", explica, "me gustaría ver que las orquestas españolas recuperaran la salud económica que había antaño", para poder afrontar de esta forma programaciones más ambiciosas y que demandan un mayor gasto, pero que al mismo tiempo son más interesantes tanto para las instituciones, los músicos y el público.
