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La plastilina es bella

Mucho ha llovido (bueno, últimamente menos) desde que Aardman Animations empezó a facturar maravillas como Creature Comforts. En 1989, nada menos. El nombre de Nick Park empezó a hacerse fuerte entre los aficionados al cine de animación, sobre todo con los 24 excelsos minutos de Wallace y Gromit: La gran excursión, un corto de largo recorrido al que seguiría Los pantalones equivocados (1993), Un esquilado apurado (1995), Chicken Run: Evasión en la granja (2000) o la obra maestra ya de largo metraje que es Wallace & Gromit. La maldición de las verduras (2005), justamente ganadora del "Oscar". Tras triunfar de nuevo con la llegada a todas las pantallas, grandes y pequeñas, de La oveja Shaun, ahora los genios de Aardman amplían horizontes de plastilina filmados con la técnica de "stop motion" con Cavernícola. Y aunque los resultados no alcanzan la grandeza de sus mejores títulos, la película tiene motivos de sobra para ser vista por grandes, pequeños y medianos, y en bastantes momentos con admiración empapada de regocijo.

La propuesta hace encajar con fluidez e ingenio un escenario añejo (el título lo dice todo) con un ambiente más moderno y así montar una disparatada y curiosísima historia del nacimiento de fútbol. La perfección técnica se da la mano con la gracia de los personajes y el encanto de muchas situaciones, y al recomendable divertimento solo cabe reprocharle que en esta historia de humanos y animales se cuelen algunos (no muchos, menos mal) mensajes más propios de la marca Disney o Dreamworks.

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