La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Devoralibros

Un viaje al corazón delator del misterio

"Donde fuimos invencibles", una novela de María Oruña habitada por fantasmas y emociones

18,50 euros

Mientras se documentaba para escribir la electrizante Puerto escondido, María Oruña tropezó "casi sin querer" con el Palacio del Amo en Suances. Las personas que lo habían habitado "suscitaron mi curiosidad: ¿a cuento de qué venía aquella arquitectura, aquel estilo inglés tan pintoresco y misterioso? ¿Quiénes serían los habitantes de la mansión? Investigando, me encontré con la bella e indomable Jane, que había dejado por amor su exitosa carrera como actriz de Hollywood. A Jaime, el millonario interesado en la cultura, el filantrópico, el que observaba el mundo con expectativas a largo plazo desde sus casi dos metros de altura. Me resultaron unos personajes deliciosos, dignos del recuerdo, de perdurar".

También, casi sin querer, se encontró "con un remolino de sentimientos y emociones, y personajes como el de Carlos Green, un escritor que en la trama sitúo viviendo en el Palacio, deben enfrentarse a las consecuencias de sus decisiones más antiguas. No me resultó difícil recordar una época donde yo misma me hubiese sentido invencible, con todas las posibilidades del mundo a mis pies. Cuando eres joven, el mundo se ofrece lleno de expectativas, todavía tienes tiempo. Sin embargo, con el transcurso de los años, seas o no un triunfador social, puedes sentirte desgastado, cansado, perdido. ¿Sería posible recuperar aquella energía primitiva, juvenil? ¿Sentirse de nuevo indestructible, soñador, potencialmente victorioso? Pensé que sería maravilloso disponer de la inteligencia emocional suficiente como para recuperar ese impulso y, en días de desidia, tener fortaleza para seguir caminando".

Por otra parte, "siempre había deseado escribir una novela de fantasmas. Una que cultivase todos los tópicos -el caserón, el habitante solitario, el ama de llaves, el jardín deliciosamente atemporal- y que, a la vez, fuese planteada de una forma innovadora y fresca, ofreciendo otra perspectiva. Un homenaje a los clásicos. De hecho, la novela de El ladrón de olas, que escribe uno de los personajes, comienza a propósito con una frase similar a la que utiliza Daphne du Maurier en el primer párrafo de su célebre novela Rebeca: 'Anoche soñé que volvía a Manderley...'".

Las alusiones reiteradas a grandes obras de suspense, como Diez negritos, de Agatha Christie, salpican la historia de Donde fuimos invencibles de "un toque romántico, atemporal y cercano. Otros libros que incluso leen los personajes de la trama aluden a la adolescencia y a las decisiones que adoptamos para determinar a qué dedicaremos nuestro tiempo en la vida, como son Edad prohibida, de Torcuato Luca de Tena o El guardián entre el centeno, de Salinger. Me gustaba que los libros estuviesen presente en la trama, de forma natural, pues no en vano los libros y la literatura forman parte de mi pasión, de mi ilusión diaria".

En definitiva, María Oruña quiso "escribir una novela de corte clásico, con fantasmas incluidos, que supusiese una reflexión, un viaje delicioso lleno de misterio, de humor y de calidez. Y pensé que el lector de este misterio, quizás y al menos por unos instantes, podría volver a sentirse invencible al terminar el viaje". Un viaje, se lo aseguro, del que no se arrepentirán.

Compartir el artículo

stats