Un cabezazo de Carlos Vela en el primer tiempo, que mandó el balón pegado a un poste, y otro de Jonathas, en el segundo, con paradón de Cuéllar, aunque el árbitro había señalado fuera de juego, fueron las dos únicas oportunidades de gol de una Real Sociedad a la que, como al Real Madrid, el Sporting dejó a cero. El equipo del gran timonel vuelve de San Sebastián con la portería intocada, con el segundo punto, aunque, cierto es, sin haber marcado un gol en ciento ochenta minutos de Liga, más los descuentos que deciden a su leal saber y entender los señores colegiados. El de ayer, por cierto, viejo conocido de los rojiblancos, no cometió errores sonoros, pero acribilló al equipo a tarjetas. Pecadillos de debutante con tintorería casera.
El gran timonel de los rojiblancos había pedido en su comparecencia del viernes que se destierre la euforia que rodea a los rojiblancos. Hace bien en realizar tan razonable petición porque la Primera es una categoría llena de minas, con rivales de alto nivel. Pero tendrá que comprender que el pueblo fiel rojiblanco se lance cuando contempla al equipo sin un complejo, ordenado, ambicioso y entregado a la causa. En Anoeta el Sporting, sencillamente, realizó una exhibición de solvencia defensiva. Los apuros fueron mínimos, los reseñados más arriba, y se dejó ver en el área de Rulli, sobre todo en el primer tramo del partido, cuando tuvo buenas ocasiones, la más clara, aquel centro de Jony al que no llegó Carmona por centímetros. Pero los rojiblancos tuvieron buenas llegadas en el tramo final, cuando Halilovic entró en juego después de un rato inicial en el que apenas participó. No se olvide que era debutante en Primera, pero dejó detalles de enorme interés. Como dicen los clásicos, hay que esperarlo.
Con otros no hay espera que valga, porque llevan tiempo en sus sitios. Qué decir del partidazo de Nacho Cases, que jugó con criterio cada balón, o Sergio Álvarez, retirado por lógica precaución por la tarjeta amarilla que vio, o los dos centrales, o el portero o el lateral zurdo. Gente de rendimiento asegurado, gente que ha llevado al equipo a la máxima categoría.
Este Sporting confeccionado por las manos sabias de Abelardo salió de Anoeta con la cabeza bien alta, lanzando un nuevo mensaje de que ha llegado a Primera para quedarse, pese a los obstáculos que la patronal liguera va poniendo en el camino. Mañana se cierra el mercado y no se sabe si la cuarta incorporación va a ser posible. Lo sea o no, damas y caballeros, señoras y señores diputados, a esta plantilla hay que renovarle cada hora la confianza a la que su inigualable trayectoria la hace merecedora. ¿O no?
