La corderada con la que peña sportinguista Róber Canella agasajó a la plantilla rojiblanca ayer en Mareo, fue la excusa perfecta para que futbolistas y técnicos compartiesen una jornada de celebración. Abelardo fue felicitado por sus guajes en su vuelta al trabajo tras la su ausencia para recoger el trofeo Ramón Cobo al mejor entrenador de Segunda división. Todo es alegría en Mareo, donde el Sporting sigue alimentando su sueño. El Sporting disfruta el momento, los parabienes que está recibiendo su buen juego y el refuerzo que le dan los resultados. Hay más que satisfacción por el alto nivel competitivo mostrado por un equipo plagado de debutantes en un inicio de campeonato que no fue para sencillo. El Sporting se ha enfrentado a equipos tan poderosos como el Real Madrid, Valencia y Real Sociedad y a varios rivales directos por la permanencia. Siempre han dado la cara, tanto es así que las tres derrotas de este curso se produjeron por una diferencia de un gol.
En una semana sin competición, el cuerpo técnico aprovecha para mimar a sus futbolistas. Los que más minutos acumulan en sus piernas y los que tienen la más leve molestia reciben un plan de entrenamiento especial. Se trata de recuperarlos a todos (con la excepción de Álex Barrera, cuya vuelta a los terrenos de juego sigue acercándose) para el encuentro ante el Granada. Un victoria rojiblanca marcaría una estimable distancia de ocho puntos entre ambos equipos. Cuéllar y Carlos Castro siguen a menor ritmo. Nacho Cases trabajó ayer al margen del grupo y Sanabria y Jony saltaron al césped para retirarse posteriormente. Nada grave.
La jornada de ayer presentó algunas novedades. Juan Pablo, que había recibido permiso para entrenarse a las órdenes de Tomás en el filial, volvió ayer a ejercitarse con los que fueron sus compañeros. El leonés fue la gran novedad del entrenamiento rojiblanco. También Juan Mera y Julio trabajaron a las órdenes de Abelardo en el primer equipo.
La corderada de ayer centro la actividad en la escuela de fútbol. Mientras el equipo se ejercitaba en el campo número 2 de Mareo, los integrantes de la peña sportinguista Canella, con Pancracio Bernardo, Chispi, a la cabeza repartió pinchos de chorizo criollo entre los aficionados que seguían la sesión. "Hacer esta corderada en Mareo, ye como para un cura dar misa en el Vaticano", sentencia Chispi. El cordero a la estaca y los cochinillos se reservaron para los profesionales del balón. El motivo de la celebración, pactada de antemano para esta fecha, fue celebrar el ascenso rojiblanco. Además, se distinguió a su socio de honor con un libro del que se han editado 200 ejemplares, en el que se recogen los recortes de prensa dedicados al lateral. Sus compañeros recibieron un libro de recuerdo.
El regreso de José Ramón Sandoval a El Molinón, en una situación delicada para el técnico, ya ha comenzado a ser tema de conversación en Mareo. Desde dentro del vestuario se niega la existencia de morbo alguno. El Sporting disfruta del momento, pero sin perder de vista el horizonte. El camino apenas ha comenzado y la meta aún está lejana.
